Holotron, con este nombre que parece el de un villano de los Transformers, llega a nosotros un invento que puede marcar el futuro de los dispositivos hápticos.
Mucho llevamos hablando de dispositivos hápticos que mejoren nuestra inmersión en la realidad virtual. Muchos de ellos se limitan a ser un simple calzado, una plataforma deslizante o un chaleco háptico. Pocos, por otra parte, nos permiten disfrutar de la ingravidez o de la cotidiana acción de subir unas escaleras.
Es aquí donde llega el físico Marcel Reese con un prototipo de exoesqueleto que nos mantiene suspendidos en el aire. Podremos caminar, correr e interactuar con nuestros entornos virtuales de una forma nunca vista.
Con la ayuda de dos motores en cada pierna como si fuéramos Tony Stark podremos golpear objetos y recibir una respuesta táctil como si lo hubiésemos hecho de verdad. Subir escaleras o sentir distintas gravedades planetarias es otra de las posibilidades que ofrece este Holotron.
En un futuro Holotron incluirá motores hápticos en todo el cuerpo, incluida la espalda, los brazos y las manos, y le permitirá rotar en cualquier eje.
De momento se trata de un prototipo, pero sus aplicaciones prácticas son enormes. Desde el manejo de robots a distancia para trabajos peligrosos como para la rehabilitación médica, y, sobre todo, lo que más nos interesa, el ocio.
Sin duda, los parques de atracciones y los locales de realidad virtual, tan castigados por la pandemia, centrarán sus miradas en este artefacto.
Aún queda mucho para que podamos tener uno de estos gadgets en casa, pero el futuro está cada vez más cerca.
Necesito un brainstorming de ideas para convencer a mi mujer para meter uno de esos en casa