Análisis de The Dark Pictures: Switchback VR para PS VR2

Until Dawn: Rush of Blood me sigue pareciendo una de las mejores entradas posibles para la Realidad Virtual. Un título frenético, lleno de sustos, con mecánicas increíblemente fáciles de entender y el movimiento justo para no llegar a marear. Supermassive Games sabe el éxito que tuvo su primera incursión en PSVR, con que ahora quieren repetir jugada con The Dark Pictures: Switchback VR. Cambia la franquicia base, pero no la premisa. No saquéis las manos mientras dura la atracción, que arranca el análisis de The Dark Pictures: Switchback VR en exclusiva para PS VR2.

Un purgatorio de lo más animado

Esta vez no estamos en una montaña rusa así por las buenas. La premisa es que vamos en un tren que acaba de descarrilar, sufriendo un aparatoso accidente. Mientras estamos moribundos, nos aferraremos a la vida como podemos, mientras la endiablada Belial sólo quiere que terminemos de estirar la pata. ¿Cómo se representa esta lucha? Con un viajecito en una montaña rusa mortal no, lo siguiente. 

Sí, es una excusa cogida bastante con pinzas, ya que tampoco llega a haber un motivo para explorar los entornos de la primera temporada de The Dark Pictures. Sí, aparece el Conservador, que es la figura central de la saga, pero sólo observando. Ahí de fondo en los niveles mirando cómo nos dan muchos micro-infartos al ir pegando tiros en la montaña rusa. Pero bueno, no creo que nadie estuviera buscando una trama apasionante, ya que aquí hemos venido a vivir una experiencia de terror, frenetismo y acción a partes iguales.

Una montaña rusa de emociones… literalmente

De forma resumida, The Dark Pictures: Switchback VR es literalmente Rush of Blood 2. Seguimos en una montaña rusa donde tendremos unas pistolas para disparar a todo lo que se mueva e intente matarnos. Sin embargo, Supermassive Games ha aprendido de dicho juego para ofrecer una experiencia que es, básicamente, más grande, más espectacular y mejor.

En cada uno de los 10 niveles (dos por cada juego de The Dark Pictures y otros 2 propios) pasaremos por secciones que parecen salidas de House of the Dead, aniquilando a los zombies o demás monstruos que se lanzarán a por nosotros. En otras partes iremos a toda pastilla, notando cómo el estómago se nos encoge, igual que en una montaña rusa real. Salvo por lo de morirnos si no esquivamos andamios, árboles que se derrumban o restos de navíos excesivamente oxidados. Y cómo no, habrá secciones donde vivir sustos de los buenos… Aunque esto es más bien una constante de toda la experiencia.

Sobre el papel, todo es lo mismo, pero la ejecución es donde se nota la mejoría. Hay un mejor ritmo en cada una de las fases para que cada sección cobre un mayor impacto. No todo es acción incesante o terror, sino que se van intercalando mientras los escenarios se vuelven cada vez más y más enrevesados. Una genialidad de diseño donde nos adentraremos en la niebla de Little Hope, veremos las ruinas iraquíes de House of Ashes como si estuviéramos en La Momia o veremos de primera mano las trampas del hotel de The Devil in Me. Lo “real” con lo onírico se combinan para ofrecer escenas increíbles a más no poder.

La terrorífica evolución de los shooters sobre raíles 

Tanto el terror como la acción se han visto muy potenciadas gracias a este original diseño de los niveles. Los enemigos nos podrán atacar desde cualquier lado de los 180º grados frontales, ya sean zombies, maniquíes, ratas o muñecas encantadas por citar unos pocos ejemplos. Cada uno de los juegos tiene una temática, ofreciendo un girito a lo que ya conocemos para aprovechar su ambientación. Algunos de los gimmicks usados están cogidos con pinzas, eso sí.

En Man of Medan viviremos las paranoias de los protagonistas en este barco encantado abandonado con múltiples juegos mentales. El bucle de Little Hope por su niebla maldita se aprovecha para que vayamos viendo diferencias hasta que zas, nos llevemos un susto antes de empezar los tiros. Sí, los jumpscares están a la orden del día, pero están tan bien construidos, que muchas veces no puedes más que aplaudir ante el resultado final. Mientras maldices a toda la familia de los desarrolladores, una cosa no quita la otra.

Las sensaciones de disparo con las pistolas principales son excelentes, al igual que con las armas que podremos obtener de manera temporal. Todas responden a los mandos de manera única, notando la vibración de los mandos al recargar (agitando el mando o pulsando un botón) o con una resistencia diferente en los gatillos. Pegar un escopetazo a bocajarro a un animatrónico es tan satisfactorio como suena. 

Todo recuerda a House of the Dead, masacrando decenas de enemigos con estas geniales pistolas, matándolos antes de que tengan la oportunidad de hacer lo propio con nosotros. ¡Hasta podemos darles puñetazos si se suben a nuestra atracción! Es más, simplemente disparar a los objetos destruibles para conseguir puntos es divertido, como ocurría con los arcades de pistola de antaño.

Hagas lo que hagas… ¡no parpadees!

Uno de los motivos por los que The Dark Pictures: Switchback VR resulta tan inmersivo, divertido y espectacular es su uso de las funciones exclusivas de PS VR2. Por un lado tenemos el HDR, aprovechado al máximo para que, cuando se apaguen las luces, no veamos absolutamente nada. Sólo tendremos los ruidos a nuestro alrededor para acompañarnos para que la tensión no deje de aumentar hasta que llegue el susto y/o los tiros.

La vibración háptica de los mandos es excelente, notando el ajetreo de los raíles de la atracción, como si estuviéramos sujetos al carrito, pese a tener completa libertad con las manos para pegar tiros. El casco también vibra en determinadas escenas, como cuando nos tocan unas manos sobrenaturales, hay una gran explosión o nos estampamos contra un obstáculos. Esperaba algo más de esta función, pero ahí está.

Lo más llamativo es, cómo no, el uso del tracking de ojos. ¿Habéis visto el capítulo “Blink” de Doctor Who? Allí aparecen los Ángeles Llorosos, unas estatuas que sólo se mueven cuando no las vemos… Incluyendo un simple parpadeo. Pues bien, esta mecánica se replica en el juego, al poder saber cuándo parpadeamos. Son secciones muy concretas, pero resultan brillantes. Ver cómo todo cambia de un simple parpadeo, ya sea la posición de los inquietantes maniquíes o el propio escenario, resulta tan mágico como aterrador. 

Eso sí, son partes un poco “tramposas”. Nos dicen que no debemos parpadear, pero sí hay que hacerlo. De lo contrario, no avanzamos, activamos la acción de turno y progresamos en el nivel. Ojalá se hubiera integrado más en la jugabilidad más allá de unas escenas llamativas, pero el potencial para usar esta técnica de manera más ambiciosa en el futuro ahí está. Es como si en esta implementación de mecánicas se quedara el título a medio gas sin llegar a colmar nuestras pesadillas.

Tomar decisiones sí que da miedo

Un elemento clave de la saga The Dark Pictures es la toma de decisiones, y es algo que han querido implementar en el juego. Al acabar cada fase, veremos si nos cargamos un objeto clave o no, si detectamos a cierto personaje oculto o sigue sin ser encontrado, etc. Más bien una lista de Easter Eggs, salvo el del destino de los demás pasajeros del tren.

Cada juego dentro de Switchback VR tiene una mecánica única a modo de puzzle, que no sólo sirve para aportar variedad a la jugabilidad, sino para intentar liberar a los demás NPCs. ¿Los dejamos a su suerte? ¿Los salvamos? ¿O nos aseguramos de que mueran de la forma más dolorosa posible? La decisión es nuestra, y esto afecta ligeramente a la fase final del juego.

Junto a las diferentes rutas a tomar en cada nivel (sólo son pequeñas secciones antes de que las vías se vuelvan a unificar), estas decisiones ayudan a dar rejugabilidad al título. Es algo necesario, ya que una primera vuelta nos durará unas 3-4 horas. Después, para ver todo el contenido, necesitaremos otra pasada más a cada fase. Si encima vamos a por el platino, una tercera y última. Eso sin contar los posibles piques para subir escalafones en las clasificaciones mundiales para ver quién sobrevive a la montaña rusa mejor.

Resolución o susto

Hay un aspecto donde The Dark Pictures: Switchback VR decepciona de manera muy clara: su apartado visual. Las primeras sensaciones que deja el juego son espantosas. En las escenas del tren todo se ve increíblemente borroso. Entiendo que es para darle un efecto de flashback o similar, pero el resultado es nefasto. No exagero al decir que hice el ajuste del IPD 3 veces y me ajusté el visor por si había perdido el punto dulce otras tantas veces. Los menús a veces también tienen una resolución paupérrima, pese a ser imágenes relativamente planas que no tienen mucha chicha. Esto hace que, la representación de nuestro viaje en vagoneta con las decisiones tomadas, se vea fatal. Es casi como volver a PSVR 1.

Dentro del juego, el resultado también es muy variante. No sé si se emplea una resolución dinámica, ya que hay fases donde todo se ve realmente nítido, para otras donde se nota todo más borroso y con muchos más dientes de sierra. Espero que haya algún parche para solucionar estos defectos, ya que aquí Supermassive Games ha pinchado a lo grande.

Se nota en gran medida que Sony no está financiando el juego, ya que por lo general, todo se ve más como un AA que como un gran AAA. Las animaciones de los enemigos son bastante ortopédicas, algunos parece que están flotando sobre los raíles (sobre todo los bichos/ratas) y similar. No siempre ocurre, ya que al mostrarnos a los grandes villanos o monstruos, todo se ve bastante mejor.

Es un conjunto gigantesco de contrastes. La iluminación es muy potente, con algunos entornos que nos dejarán boquiabiertos por su escala y cantidad de elementos en pantalla. Otros, vuelven a meternos esa idea de que estamos con PSVR 1. El arte es lo que hace que, pase lo que pase, The Dark Pictures: Switchback VR siga entrando por los ojos.

El sonido sale mucho mejor parado. El audio 3D es esencial para saber si aparecen los enemigos por un lado u otro de la atracción, por lo que más os vale jugar con unos buenos auriculares. Los efectos sonoros son geniales, ya sea al reventar a los enemigos, al acelerar por la montaña rusa o al reventar varias decenas de cajas. La música también es muy efectiva, e incluso contamos con un potente doblaje al castellano. Vale que no hay muchas frases, pero siempre se agradece, ya que no es algo común en VR.

Conclusión

The Dark Pictures: Switchback VR es Until Dawn: Rush of Blood, pero más loco, más frenético, más terrorífico y con más acción. El resultado es una secuela increíblemente divertida, pero que igual se queda un poco corto en ciertos aspectos. La implementación de las funciones de PS VR2 son buenas (sobre todo el tracking de ojos), pero no termina de explotarse tanto como debería. Añadir toma de decisiones acerca más este spin-off a la saga principal, pero es algo tan limitado que resulta casi anecdótico.

Si ya os gustó la experiencia en PSVR, os encantará ahora. De lo contrario, no os va a conquistar al encontrarnos ante un caso de manual de “más y mejor”. Esto no es malo, pero sí lo es la parte visual. Supermassive Games tiene aquí bastante que mejorar, sobre todo si quiere ser uno de los títulos estrella de PS VR2.

En cualquier caso, he gozado esta aterradora atracción. Tiene sus defectos, pero al igual que con una buena montaña rusa, al bajarme ya estaba haciendo cola para subirme otra vez. Porque, pese a sus problemas, recuperar esta esencia tan arcade con una mezcla tan potente de acción y terror es increíble. Una oda a los shooters sobre raíles a lo House of the Dead o Time Crisis que se nos quedará en el recuerdo… ¡y en las pesadillas! 

Ficha técnica:

• Desarrollador: Supermassive Games
  
• Distribuidor: Supermassive Games
• Plataforma: PS VR2
• Género: Terror, acción
  
• Idiomas: Textos y voces en castellano
• Fecha de salida 16/03/23
• Precio: 39,99 €
• Intensidad: Baja-Media