Impresiones de Yupitergrad 2 – El primer gran Metroidvania de la VR

Pese a lo exitoso que es el género Metroidvania, en Realidad Virtual no hemos tenido ningún exponente de calidad. Como mucho algún elemento aislado, pero nada a la altura de Metroid o Castlevania para que exploremos poco a poco el escenario. Aumentando nuestro poder y/o habilidades para descubrir constantemente nuevos secretos y áreas. Esto va a cambiar próximamente, ya que Yupitergrad 2: The Lost Station  promete ser el primer gran Metroidvania de la VR, y a juzgar por las impresiones tras 2 horas de juego, puede conseguirlo. Id preparando de nuevo vuestras ventosas para balancearnos por una gran estación espacial llena de peligros, trampas y enemigos. ¡Ideal para ponernos a prueba, kosmonautas!

Gracias a Game Dust he podido probar esta versión de preview en Meta Quest 2, plataforma donde podremos disfrutar del juego además de en PICO 4 (donde tienen la exclusiva temporal), PCVR, HTC Vive XR Elite… ¡y PS VR2! Al menos esa es la intención del estudio, para llegar a todas las plataformas posibles. Así que, no os toméis este artículo como un análisis al uso, ya que todavía quedan varios meses hasta el lanzamiento definitivo del juego.

En el espacio nadie puede oír cómo te balanceas

Esta versión preview comenzaba ya con nosotros en la estación espacial donde tendrá lugar Yupitergrad 2. No tenemos ninguna clase de contexto, pero nos ponemos rápido en situación. Nuestra IA aliada, AI-sha, es experta en contar chistes malos, que son la mejor clase de chistes. También hay que devolver la energía a la base para ayudar a otra IA que clarísimamente sabe qué narices ha ocurrido, pero nos lo oculta. 

La idea es que la trama sea independiente respecto a la de la primera parte, además de cobrar una mayor importancia. Por eso los diálogos son una constante, dejándonos que el propio entorno nos vaya dando pistas sobre el misterio de la estación. De paso, la investigación sirve para que nos pongamos a balancearnos sin parar.

Pese al cambio de género, Yupitergrad 2 va a mantener su núcleo jugable. O dicho de otra forma, estamos ante un juego donde el balanceo es nuestro principal método de locomoción. Nada de andar con los joysticks, ya que tocará usar nuestras ventosas de ultimísima tecnología para movernos. Sólo nos podemos enganchar en las superficies azules, y luego nos tocará hacer un movimiento físico para impulsarnos. Las sensaciones al balancearnos siguen siendo excelentes, al combinarse muy bien el movimiento físico con el virtual.

La magia del Metroidvania

Al estar ante un Metroidvania, ya no contamos con niveles lineales aislados. En su lugar, toda la estación espacial es un macro-nivel, con varios carteles y puntos de referencia para no perdernos por sus intrincados pasillos. ¿El equivalente a las fases más clásicas? Podrían ser los pasillos, donde habrá toda clase de trampas como rodillos llenos de pinchos, compactadores de basura o láseres mortales.

En nuestras travesías de aquí para allá, no tardaremos en ver zonas inaccesibles de manera inicial. ¿Queremos adentrarnos en el agua para usar un túnel? Pues a buscar equipamiento de submarinismo. ¿Un muro con una grieta? Hasta que no consigamos un arma, ahí se va a quedar. Es un diseño de Metroidvania de manual, dándonos un objetivo claro, a la vez que se alimenta nuestra curiosidad. ¿Qué habrá detrás de aquella pared? Es algo que funciona mucho mejor de lo que me esperaba, y vaya si no me he quedado con las ganas de ver cómo se habrían las dichosas puertas amarillas.

Esta constante progresión también hace que la exploración vaya ganando enteros. Yupitergrad 2 empieza con las opciones más básicas, pero al ganar el equipo de submarinismo, volveremos a poder usar los propulsores. Así entraremos en zonas acuáticas o de gravedad cero donde sólo nos movemos como si fuéramos Iron-Man. En las áreas estándar, podemos usarlos para ajustar nuestro balanceo con mayor precisión. Así que, no sólo nos volvemos nosotros más ágiles al balancearnos, sino que encima tenemos más herramientas para literalmente ir volando por el mapa. Eso sin mencionar la presencia de puzzles, aportando más variedad si cabe a todo el conjunto.

El kosmonauta que saca la pistola, lo hace para disparar

La mayor exploración ya daría para una secuela muy interesante, pero Yupitergrad 2 no se queda ahí. ¡También tenemos combates! Cuando se consiguen las pistolas/fusiles, nuestras ventosas también se convierten en un arma de destrucción kosmonáutica. Ya veis que los chistes de AI-sha son contagiosos. 

No sólo tienen un propósito en la exploración para la parte Metroidvania, sino que nos asaltarán bastantes máquinas. De hecho, algunas salas son arenas de las cuales no podremos salir hasta reventar a todos los enemigos. Estos bichos voladores no se quedan quietos, y además, no sólo disparan hacia donde estamos. Logran predecir hacia dónde nos moveremos si seguimos con la trayectoria actual, obligándonos a ir cambiando de dirección si no queremos que nos dejen como un colador.

Al ser las balas relativamente lentas, tenemos tiempo para esquivarlas con el balanceo, los propulsores o una mezcla de ambos. Todo mientras seguimos escupiendo plomo, cómo no. Las peleas en estos primeros compases de la aventura son muy entretenidos. Empezamos por arenas simples, sin apenas obstáculos y totalmente azules. Luego no tardaremos en luchar en un hangar de mechas contra los que nos podemos chocar, además de tener puntos de apoyo más delimitados.

¿Resultado? Frenéticos combates donde se logra una mejor unión del balanceo con los tiroteos que en Windlands 2 o Resist. Me he quedado con ganas de ver qué más tipos de enemigos nos esperan más adelante, qué armas desbloquearemos o cómo se aprovecharán las arenas para ofrecernos nuevos desafíos. Hay mucho potencial en esta parte, algo que no me esperaba, ya que me preocupaba cómo saldría o si se quedaría un poco de pegote como en Red Matter 2.

Los aspectos a mejorar

Esta versión de Yupitergrad 2 era una alfa, por lo que había varios bugs y bajadas de rendimiento, que deberían estar solventados en la versión final. Aun así, nada grave, ya que pude jugar sin problemas durante las 2 horas que me duró la parte disponible. Esto nos lleva a varios puntitos donde sí espero que hagan ajustes. Lo principal es el equilibrio de la dificultad. Es bastante absurdo que las trampas iniciales nos maten de un golpe, mientras las posteriores sólo nos quiten algo de vida… ¡pese a no tener ni los propulsores! En todo caso, debería ser al revés, o dejar las muertes de un toque como en el original como una dificultad extra para los que busquen un mayor nivel de desafío en el plataformeo.

Sobre la salud, cada puerta sirve como un punto de control. Al morir, reapareceremos de manera instantánea en la más cercana con toda la vida… ¿por qué no recargar nuestros escudos? Hubo un par de veces que casi me rentaba más suicidarme en la primera trampa para ir a tope para toda esa sección. 

Sobre la parte más Metroidvania, estaría bien tener alguna versión del mapa en nuestros dispositivos de ventosas. Ahora sólo muestran el tipo de munición, pero entiendo que eso es algo que veremos también por el diseño físico del arma. Esa pantalla así sería infinitamente más útil, para no obligarnos a pausar y abrir el mapa si buscamos hacia dónde dirigirnos. Un sistema de objetivos más claro o fijar la vista en nuestra posición tampoco vendría nada mal. 

Expectante por volver a ponerme el traje de kosmonauta

Muchos de estos aspectos se pueden mejorar, y son más de calidad de vida que otra cosa. A la hora de la verdad, me lo he pasado en grande con Yupitergrad 2: The Lost Station. Las dos horas de la preview volaron, siempre buscando una nueva ruta a descubrir, más chistes malos por escuchar (AI-sha, te quiero) o desentrañando más sobre el misterio de esta estación.

Las secciones de “plataformas” con el balanceo siguen siendo tan divertidas y locas como en el original, pero los puzzles y el combate añaden una gran variedad. Todo al final se siente como una gran aventura. Un gran Metroidvania como los que no hemos tenido todavía en VR. Yupitergrad 2: The Lost Station era uno de mis juegos más esperados del año, y tras esta extensa toma de contacto, las expectativas han aumentado todavía más.