El futuro de Valve estará conectado a nuestro cerebro

Gabe Newell, presidente y cofundador de Valve (Half-Life: Alyx), detalla su opinión acerca del futuro de las BCI (Brain Computer Interface), el trabajo de Valve con ellas y su posible aplicación al gaming en una larga entrevista concedida al medio 1 NEWS.

Como antesala, hablamos de las interfaces cerebro-digitales, una tecnología que sirve de puente entre los ordenadores y nuestros cerebros. A pesar de parecer indistinguible de la ciencia ficción, esta tecnología cuenta con una gran cantidad de investigadores e inversores en una carrera constante por conseguir el próximo gran avance.

Se trata de una de las tecnologías que más dará que hablar a la humanidad en un futuro quizás más próximo de lo que pensamos gracias a productos como Galea o Neuralink de Elon Musk, de los que os hablamos en el pasado.

Las BCI proporcionan al ordenador una gran cantidad de información sobre nosotros. Desde cómo nos sentimos a cómo nos movemos, lo que lleva a un sinfín de aplicaciones. En el pasado nos hemos centrado en las aplicaciones médicas, pero Gabe Newell habla de las posibles aplicaciones al gaming.

Si tan sólo hablamos de un traspaso de información de cerebro a ordenador, cualquier desarrollador podría adivinar funciones como subir la dificultad al detectar el aburrimiento del usuario o poder movernos en un videojuego sólo con pensarlo y sin ningún controlador entre las manos.

Ahora, si hablamos de una comunicación bilateral, el potencial es infinito. En palabras de Newell, al recibir información directamente en nuestro cerebro, la realidad deja de ser el referente de “fidelidad”, y comenzaremos a percibir imágenes y sonidos que nunca hemos procesado, más allá de las limitaciones personales. Afirma que el mundo real lo percibiremos borroso, descolorido y plano en comparación.

Tornándose aún más futurista, Gabe Newell afirma que será posible cambiar de sentimientos usando una app, o curar fobias con un par de clics. La primera aplicación que ve viable es la de mejorar la calidad del sueño. También serán útiles en terapia, al poder simular una mano mucho más rápido de lo que los fabricantes de prótesis crean una de estas herramientas, pudiendo apoyar así la rehabilitación del paciente.

Afirma, de hecho, que aunque no estamos acostumbrados a tener prótesis con, por ejemplo, tentáculos, el cerebro es una herramienta que se adapta rápidamente.

Otro de los problemas viene cuando se puede utilizar esta herramienta para infligir dolor en el usuario sin necesidad de tocar su cuerpo. Y no hablamos sólo de dolor muscular, sino también de otros tipos. Por supuesto, esto tiene la vertiente positiva de poder sentir el dolor de nuestro personaje dentro de un videojuego, aunque dentro de una medida más razonable.

Pero ¿Dónde entra Valve en todo esto?

El visionario empresario confirma que Valve se encuentra trabajando actualmente en un lenguaje informático diseñado para las BCI que, siguiendo la línea de la empresa, sería open source. Es decir, cualquier programador podrá cambiar libremente cualquier línea de código del mismo.

Afirma, además, que cualquier programador o diseñador de software que no cuente ya con un prototipo de BCI para poder “trastear”, está cometiendo un terrible error. Ya no sólo por el potencial y la curiosidad científica, sino porque reportarán un gran beneficio en un futuro a medio/largo plazo.

Newell se muestra reacio en lo que respecta a comercializar un producto de estas características, ya que afirma que es una mala decisión cuando la tecnología avanza tan rápido. Cuando el producto sea diseñado en su totalidad y pase todos los controles, ya existirán funciones mucho más interesantes y avanzadas dentro de las BCI.

¿Y los peligros potenciales?

Ya habréis intuido que el empresario observa esta tecnología como un producto, y por lo tanto no contempla las implicaciones éticas, sino que se centra en la satisfacción del cliente. Si una de estos dispositivos falla, ningún usuario querrá invertir en ella y se marchará a la competencia, dejándola en el olvido. Sin embargo, no es lo mismo una PlayStation 5 que te estropea un disco a que falle una BCI y acabes, qué sé yo, bailando desnudo por los bosques.

Afirma que habrá un gran componente de confianza por parte del usuario. Quien lo pruebe deberá confiar en que sea un producto seguro que haya pasado rigurosas pruebas de calidad, y más conociendo las implicaciones del producto.

El resto, el público desconfiado, llegará en la medida que lo desee. Compara esta futura situación con los smartphones. Actualmente nadie obliga a nadie a comprarse un móvil, pero cuánta más gente tenga una grata experiencia con ellos se irá estandarizando la tecnología hasta, quién sabe, convertirse en la comunicación por defecto entre las personas.

Sin duda se trata de una de las tecnologías más interesantes e importantes de la humanidad ¿Qué implicaciones creéis que tiene? ¿Lo probaréis? ¿Y si Valve saca Half-Life 3 para BCI?