Desde Distrito XR no queremos fomentar el alcoholismo o la violencia sin sentido pero ¿quién no ha querido participar alguna vez en una de esas peleas de bar que vemos en las películas? Una loca ensalada de golpes donde los taburetes vuelan y las botellas se estallan mientras suena música rock de fondo. Como os decimos, esto sólo es divertido en la ficción, y para qué tenemos la realidad virtual si no es para meternos de lleno en la ficción. El juego que analizamos hoy, Drunkn Bar Fight, nos permite justo eso.
Se trata de un juego desarrollado por The Munky que llegó a Steam en 2016 comenzando sus andanzas como Early Access para acabar convirtiéndose en un juego muy popular. Esto le llevaría a desarrollar versiones para Vive, Rift, Windows Mixed Reality y, finalmente, PlayStation VR, publicando también una edición física del mismo. Es esta última la que analizamos hoy.
¡¿Me has mirado mal?!
Drunkn Bar Fight es un juego de peleas de bar dónde tendremos que enfrentarnos a oleadas de parroquianos para obtener la mejor puntuación posible a lo largo de cinco localizaciones: Un pub, un saloon, una terraza, un supermercado y el callejón de detrás del bar. Podremos acceder a ellas a través de un pequeño lobby situado en una calle de la ciudad.
Una vez decidido el lugar de la afrenta nos encontraremos en una situación pacífica en la que poder elegir la música o escuchar las conversaciones de los presentes. Esta parte es divertida porque nos permite hacer una de las cosas más entretenidas de la VR: el roleplay. Hacer como que hablamos por teléfono, fumamos o bebemos con amigos puede proporcionar buenas dosis de risas si hay amigos viendo la partida.
Pero no todo dura para siempre, y tarde o temprano comenzaremos una pelea estrellando una botella contra alguien. Para combatir a nuestros ebrios (o no tan ebrios) contrincantes, además de los puños podremos usar todo tipo de objetos que encontremos por el escenario. Desde bastones a móviles, pasando por botellas, taburetes o la caja registradora. Será posible, incluso, zarandear a los enemigos inconscientes contra el resto del local.
¡Pero cuidado! Si golpeas a una chica, todo el bar te abucheará. Una decisión un tanto machista que no viene a cuento introducir. Eso sí, te dejan pegar a Papá Noel y no pasa nada.
Volviendo a los objetos, estos cambian dependiendo de la ubicación. Por ejemplo, en el supermercado podremos encontrar palas, cortacésped o motosierras, mientras que en el callejón tendremos litronas vacías, una pistola e incluso un pozo al que tirar a los desprevenidos. Aunque pueda parecer violento, los objetos no producen desmembramientos ni mucha sangre, aunque el sólo hecho de usarlos ya puede exceder lo que es una pelea de bar.
En el original podíamos beber alcohol para obtener bonificaciones a costa de obtener una pantalla borrosa, pero en esta versión para PSVR sólo nos hace vomitar, y bastante marea ya la VR a algunos como para que encima el juego te impulse a ello.
El juego incluye como desbloqueables algunos elementos estéticos para personalizar a nuestro personaje, aunque si jugamos en solitario no sirve de mucho. Además son algo escasos y no motivan mucho.
Todo el juego funciona con unas físicas estilo ragdoll. Es decir, físicas estilo “moñeco” que tiene tu personaje cuando muere en gran parte de los videojuegos, como Skyrim o GTA, y que usa con gran acierto GORN. A pesar de ser muy divertidas, esto puede llevar a multitud de bugs cuando los enemigos se quedan en nuestro camino o atraviesan los objetos del escenario.
Bugs constantes
De hecho, uno de los problemas principales del juego es la gran cantidad de bugs que puedes encontrar en una partida casual. Desde quedarte encajado en un objeto y tener que reiniciar la fase a que no funcione bien el agarrado. Este tipo de rendimiento pobre se une a una plataforma como PlayStation VR, cuyo control puede dar problemas al tapar la visión de la cámara con nuestro cuerpo, lo que da lugar a situaciones frustrantes y a repetir la fase constantemente, ya que tenemos una vitalidad muy limitada.
Además, si por algún casual te acercas a la puerta del bar en mitad de la batalla, saldrás al lobby de nuevo. Un fallo de diseño absurdo e innecesario. Tener que repetir un nivel por acercarte mucho a un sitio es un poco delirante en un juego con un control tan poco refinado y con unos tiempos de carga tan elevados.
Estos tiempos de carga tan largos en un juego de partidas rápidas se unen a un rendimiento general bastante bajo. Se trata de un juego de 2016 que, aunque ha añadido contenido mediante actualizaciones, no se ha molestado en mejorar sus deficiencias. Corregir estos errores realzaría sus virtudes, que aunque escasas, son notables. El juego tiene mucho potencial para ser un básico de la VR como GORN, pero a The Munky no parece interesarle explotarlo, al menos en PSVR.
Jugabilidad
La jugabilidad, aunque entretenida, es muy repetitiva. Tras probar los cinco escenarios y sin más alicientes que obtener mejor puntuación o hacer el tonto, Drunkn Bar Fight aburre rápidamente. Es por ello que los desarrolladores han añadido un modo multijugador local al juego, dónde hasta 4 amigos podrán controlar a los enemigos del escenario.
Esta es una de las mayores bazas del título, convertirse en un party game que poner a tus amigos cuando vayan a probar la VR a tu casa. Para aquellos que ya la conocemos existen multitud de alternativas mejores por el mismo precio.
Le habría venido bien más variedad de enemigos, bosses o un modo arcade. Una mayor variedad de opciones jugables que, aunque se basen en las mismas mecánicas, premien la habilidad del jugador y le motiven a continuar.
Gráficos
En el apartado gráfico encontramos un nivel bajo. Muy muy bajo. Los modelados son pobres, los escenarios minúsculos y poco creíbles y cuando estás en el lobby se pueden observar las imágenes de 280p que han usado para algunos fondos. Menos mal que hay una buena variedad de canciones y líneas de diálogo.
Conclusión
Un juego para partidas cortas, perfecto para poner a los invitados que quieran probar la VR y, encima, participar todos en la experiencia. Sin embargo, hay mejores alternativas por el mismo precio.
Un juego que, aunque dio grandes momentos en los inicios del VR, ahora es un juego desfasado tanto gráfica como jugablemente que se queda corto rápidamente. Se han hecho grandes avances en el terreno VR, pero The Munky se conforma con vivir de la poca fama que le queda a una gloria del pasado.
Si lo encontráis barato, a por él.
No puedo estar más de acuerdo. Se trata de un título al que algunos le tendrán una cierta nostalgia, pero que objetivamente, ha envejecido muy mal.
Cuantas risas me he echado con este juego, lástima que como bien dices hay mejores opciones.
Tengo pendiente el modo online. ¡A ver si nos vemos por los bares virtuales!
Descarga de adrenalina. Dando leches a quien se cruce por el camino.