Cuando se presentó la oportunidad de probar la beta de Stride, en nuestra redacción ocurrió algo curioso.
Los más jóvenes se excusaron por un indocumentado hasta la fecha terror a las alturas. Los más veteranos por su parte, adujeron su condición de ancianos y que se marean con el simple sonido del mar.
Una vez más, en mi infinita bondad, salí al rescate de mis compañeros. Me puse unos guantes sin dedos, unos pies de gato, unas pistolas en el pecho y me subí a la terraza de mi edificio.
Las risas de mis compañeros se confundían con el sonido del tráfico pero allí estaba yo, henchido de adrenalina y red bull, dispuesto a dejarme la piel de las rodillas dando saltos por las azoteas.
Dejando los desvaríos de un pobre viejo con una doble luxación de muñeca y fractura abierta del cúbito, aquí van mis experiencias con el título de Joy Way.
Aunque se trata de una beta, y pese a todos mis prejuicios iniciales, he de reconocer que me ha gustado. Y mucho.
Para los que no sepáis de que va este título podéis juntar el Mirror’s Edge con el Pistol Wipp con un toque de la demo de Spider-Man que hay disponible en Oculus.
Los gráficos no son nada del otro mundo, aunque cumplen su objetivo con creces. En Stride prima la acción sobre los detalles foto-realistas.
Correr, saltar, arrastrarse, colgarse de un cable o trepar por las paredes son algunas de las cosas que tendremos que hacer mientras disparamos a francotiradores.
Por si esto fuese poco, una mancha negra nos perseguirá implacable poniendo presión como si fuese gratis. Además hay que tener en cuenta que los escenarios cambian en cada partida, otro punto más para vuestra ansiedad.
El manejo es algo confuso. En mis viejas Oculus CV1 (se aceptan donaciones), era difícil hacer coincidir los botones de los mandos con el gráfico mostrado en pantalla. La verdad es que la mayoría de los movimientos terminaban siendo más por prueba y error que por pericia.
Otra cosa que me daba repelús de este tipo de juegos era saber si me iba a marear. Y curiosamente NO. No he sentido mareo, pero si sudor.
Una sesión de esta beta de Stride en pleno verano puede ser agotadora.
En resumen, una beta que me ha sorprendido gratamente y que sitúa a Stride como un éxito asegurado a poco que pulan algunos detalles.
