Impresiones de C-Smash VRS | Regresa el espíritu de la SEGA clásica

SEGA es la mejor. Da igual cuando leas esto. También es cierto que aquí me sale mi vena seguera, pero ciertamente, es una compañía que nos ha ido dando grandes juegos desde casi el nacimiento de la industria. Incluso en la época de Dreamcast, donde se dieron un batacazo monumental, seguían sacando juegazos. Joyitas que abrazaban su vertiente más arcade para ofrecer algo único, pero sobre todo, divertido y adictivo. Este fue el caso de Cosmic Smash, un gran desconocido que prepara su regreso triunfal para PS VR2 bajo el nombre de C-Smash VRS. Antes de su lanzamiento final el próximo 23 de junio, tenemos la oportunidad de probar su demo, siendo claramente la mejor manera de vender a cualquiera el título. Id preparando vuestro mejor movimiento de muñeca (¡y despejando de muebles los alrededores!), que comenzamos las impresiones de C-Smash VRS.

¿Seguro que esto no es una Dreamcast?

Desde el primer momento, parece que estamos ante un juego de la época de Dreamcast. Eso que SEGA no ha hecho más que ceder la licencia a RapidEyeMovers y Wolf & Wood. Está claro que son también grandes fans de esta época de joyas arcades. El estilo artístico y la música nos trasladan a una experiencia sensorial como pocas, al igual que ocurre con REZ Infinite. Los saltos entre los menús, entre los gráficos, la vibración sutil del visor para simular el viaje a la velocidad de la luz que vivimos y demás, son increíbles.

Pero vamos a lo importante: ¿cómo se juega? Básicamente, es como estar ante una mezcla de Arkanoid con tenis o pádel. O dicho de otra manera, nuestra labor será golpear la pelota para reventar todos los bloques que tenemos enfrente. C-Smash VRS es un juego muy, muy físico, por lo que más os vale no tener obstáculos alrededor. Mi armario ya ha sido víctima de unos cuantos raquetazos que acabaron mal por creerme Rafa Nadal, y nada más lejos de la realidad.

La pista es bastante ancha, y obviamente, lo ideal sería movernos físicamente por ella… Si tuviéramos espacio. Como no mucha gente lo tendrá, podemos usar el stick para desplazarnos, ya sea con teletransporte o movimiento suave. Esto nos permite jugar incluso con un espacio limitado, y algo fundamental: sin que el cable nos moleste. Al estar toda la acción de frente, no hay que realizar giros raros ni nada por el estilo. También se reduce la posibilidad de mareos, al haber blinders, de manera que es un título muy accesible, justo como debería ser cualquier arcade.

Bienvenidos al… ¿duelo de baile?

Las sensaciones al golpear la pelota son excelentes. Los elementos hápticos del visor y el mando son geniales, al igual que todo el feedback sonoro y visual. Da mucho gustillo escuchar el efecto de Virtua Tennis de nuevo, sobre todo al ser nosotros los que arreamos con todas nuestras fuerzas a la pelotita de rigor. En la demo contamos con 10 niveles del modo individual para que vayamos practicando. Hay una buena variedad de bloques y obstáculos, siendo bastante adictivo intentar superar nuestro tiempo.

Esto nos permite practicar para luego saltar al multijugador competitivo. En principio también habrá modos cooperativos, pero en esta demo, sólo podemos participar en uno de los modos competitivos que hay. La idea es similar a la de un partido de tenis, pero con estas reglas del Arkanoid. Detrás del rival hay varios bloques que debemos romper, con que el oponente es un obstáculo dinámico más en nuestra meta. Algo fácil de entender y que da lugar a duelos muy divertidos.

Uno de los aspectos brillantes de C-Smash VRS es lo bien que funciona el sistema de IK para replicar el movimiento de los jugadores en el avatar de turno. Esto nos permite leer mejor las técnicas del rival para poder mantener este duelo de raqueteo donde sólo el más hábil se alzará con la victoria. O así sería si la conexión online fuera perfecta. Cuando no somos el anfitrión de la partida, a veces hay algo de retardo en el movimiento de la pelota, lo que hace que la experiencia no sea del todo satisfactoria. Es algo de lo que es consciente el estudio y en breve irán publicando parches para mejorarlo. Al fin y al cabo, esta demo sirve casi como una beta online, con que mejor sufrir estos defectos ahora y no en la versión final.

Y si falla la conexión, podemos pasar al modo secreto: ¡los duelos de baile! Es una de las ventajas de estos avatares con tan buenas animaciones de cuerpo completo y el tremendo musicote del que hace gala el juego. Es sencillamente imposible no ponerse en modo “zen” golpeando la pelota en el modo individual o bailotear en el multijugador. Otra muestra de ese espíritu arcade de SEGA tan maravilloso, que C-Smash VRS clava a la perfección. 

La parte visual también es fantástica. Todo es minimalista, pero atractivo. Los menús tienen mucho estilo, pudiendo ver otros NPCs en esta estación espacial haciendo sus cosas, y luego “viajando” hasta la pista para tener transiciones dinámicas muy atractivas. El uso de los colores, nuevamente, es propio de la era Dreamcast, y es un estilo artístico que luce increíblemente bien en VR. Al sumar el HDR, ya ni digamos. Todo muy nítido y atractivo, para que la experiencia entre tanto por los ojos como por los oídos.

Uno de los pelotazos de PS VR2

Tenía ganas a C-Smash VRS  en cuanto se anunció solo por mi parte más seguera, pero tras probar esta demo, tengo muy claro que el juego va a ser uno de los grandes bombazos de PS VR2. Es cierto que no estamos ante un AAA que cambie el medio ni nada por el estilo, pero clava esa esencia arcade de la era Dreamcast o de las recreativas como pocos juegos, ya sea en plano o en VR.

Esto se traduce en una experiencia directa, divertida y muy adictiva. Esas con las que piensas “una partida más y lo dejas”. O que puedes poner a cualquiera, que rápidamente van a entender cómo se juega y a engancharse sin remedio alguno. Que sea todo un espectáculo audiovisual gracias a su fantástico arte minimalista también ayuda, para qué engañarnos. 

Las buenas sensaciones siguen con el multijugador, al acordarme inevitablemente de Sparc. Esta joya del inicio de la VR estaba adelantada a su tiempo, y vuelve en espíritu aquí. Duelos intensos, geniales interacciones sociales y diversión garantizada.

Las primeras impresiones que deja C-Smash VRS no podían ser mejores, haciendo que haya muchas ganas de disfrutar de la versión final el próximo 23 de junio. ¿Qué os está pareciendo a vosotros la demo?