La Comisión Federal de Comercio de los Estados Unidos presentó ayer una demanda ante el Tribunal de Distrito de Washington, DC, contra Facebook por un presunto monopolio ilegal de las “redes sociales”.
De hecho, no es la primera vez que Facebook tiene problemas con las autoridades, aunque ahora, en territorio norteamericano y con la sombra de acusaciones similares en Instagram y WhatsApp, parece que Facebook lo tiene un poco más complicado.
No sabemos hasta donde puede llegar este procedimiento, ni si afectará de forma directa a la división de XR de la compañía, pero está claro que lo hará a corto o medio plazo.
La demanda se fundamenta en una investigación organizada por los fiscales generales de 48 estados y territorios de EE. UU. y se centra específicamente en torno a las “redes sociales personales” y dos pilares principales: adquisiciones anticompetitivas y conducta de plataforma anticompetitiva.
Los detonantes de la investigación fueron las compras de Instagram por mil millones de dólares, y de WhatsApp por diecinueve mil millones, en 2012 y 2014 respectivamente.
Esto sería un ejemplo de adquisición anticompetitiva en la que una compañía compra a su competencia en lugar de competir libremente con ellos.
Por lo que respecta a la acusación de conducta de plataforma anticompetitiva, la demanda estaría basada en la política que implantó Facebook a la hora de tener acceso a sus API. Recordemos que Facebook solo permite el uso de sus API con la condición de que no se utilicen en productos o servicios de la competencia.
Recordemos que en 2014, y aunque no aparece expresamente en la demanda, Facebook también compró Oculus por dos mil millones de dólares.
La Comisión Federal de Comercio busca que se dicte una “orden judicial permanente en un tribunal federal que podría, entre otras cosas: exigir la venta de activos, incluidos Instagram y WhatsApp; prohibir que Facebook imponga condiciones anticompetitivas a los desarrolladores de software; y exigir a Facebook que solicite una notificación y aprobación previas para futuras fusiones y adquisiciones”
Aunque Oculus no aparece mencionado en la demanda, no parece descabellado pensar que se añada en un futuro, sobre todo, una vez cambiadas las condiciones de uso de los usuarios y obligando a estos a tener y vincular una cuenta en la red social de Facebook para poder utilizar el visor.
Es precisamente por aquí por donde el monopolio de Facebook en la realidad virtual podría peligrar, ya que, al obligar al uso condicionado de su API solo a sus socios y bloqueándolo a la competencia entraría en el supuesto de la conducta de plataforma anticompetitiva.
¿Qué os parece esta demanda? ¿Creéis que afectará a nuestras Oculus? ¿Será el principio de otra multa millonaria? ¿Se sentarán las bases para lo que está por venir?
Con la llegada de las gafas de realidad extendida de Facebook, el departamento legal debe estar echando humo.
Estaremos atentos.
