En Distrito XR hemos tenido la suerte de probar de primera mano este Escape Room VR con un actor en vivo. Os contamos como fue la experiencia:
El fenómeno de las escape rooms no pasa por su mejor momento… Pasaron de tener un boom enorme de nuevos jugadores a pasar por serios problemas debido al auge del COVID-19. Con un futuro incierto, el sector ya se encuentra explorando nuevas maneras de crear experiencias llenas de puzles, misterios e interacción.
Ese es el caso de Adventure Lab, una desarrolladora que pretende crear experiencias de realidad virtual con todos aquellos elementos que hacen grande una escape room. Su primera aventura, Dr. Crumb’s School for Disobedient Pets, ya se encuentra disponible para Oculus Quest con soporte en versión beta para Rift S, Vive, Index y Windows Mixed Reality, y ya hemos podido probarla para contaros todos los detalles.
La experiencia está pensada para de dos a cuatro jugadores, y tiene una duración media de 50 minutos. Como en cualquier escape room que se precie, hay que pedir cita con antelación y estar todos conectados desde sendos visores. Y te preguntarás ¿por qué hay que pedir cita si es digital? Eso es porque no he mencionado que la principal atracción de Dr. Crumb’s School for Disobedient Pets es un anfitrión en vivo.
Un actor representará a todos los avatares con los que interactuemos y nos guiará a lo largo de toda la aventura. Desde un perro a una gata perdida hasta al pérfido Dr. Crumb, el actor interactuará con todos los jugadores de muchas maneras, poniendo pruebas, obstáculos, jugando o iniciando conversaciones divertidas. Obviamente, el actor habla inglés, pero durante la experiencia tuvo a bien dirigirse a nosotros con varias palabras en español, lo que hizo la experiencia mucho más divertida.
En Dr. Crumb’s School for Disobedient Pets los jugadores encarnaremos a distintos animales que se infiltrarán en la academia del Dr. Crumb, donde entrena a los animales para hacerlos sus secuaces en su plan de dominación mundial. Juntos, el equipo deberá pasar todas las pruebas del científico loco para ganarse su confianza y, llegados a ese punto, desbaratar sus planes.
Las pruebas son contrarreloj y van desde plataformas a puzles o peleas usando distintos gadgets a nuestra disposición y moviéndonos libremente mediante teletransporte. No desvelaré más al respecto de las pruebas para no arruinar la experiencia a quien quiera probarla, pero hay momentos muy divertidos.
Cada animal tiene una habilidad distinta como poder olfatear, ver en la oscuridad o entrar por pequeños túneles. Todas ellas con el objetivo de encontrar los extras y pequeños secretos escondidos a lo largo de las pruebas. El propósito es aumentar la rejugabilidad de la experiencia. Además, aseguran que el actor se encarga de que cada partida sea distinta a la anterior.
El actor es sin duda el centro de la diversión. Nos puso obstáculos, nos seguía el juego, hacía chistes en español… Sin duda una persona que se esforzaba en sacarle todo el jugo a la partida. A mí, por ejemplo, el teletransporte no me funcionaba muy bien por un error de los mandos, pero él conseguía hacer de esa situación algo divertido fingiendo que yo le tenía miedo y por eso no me movía o que era gordito y lento. Llegado el momento, me teletransportaba él mismo a la zona del objetivo. Está preparado para todo tipo de acercamientos y problemas.
La experiencia general es la de un juego divertido y colorido enfocado al público infantil. No obstante, los adultos también pueden disfrutar de un rato agradable divirtiéndose a pesar de la baja dificultad de las pruebas, que pueden completarse bastante rápido aún con las trampas que el Dr. Crumb pone en nuestro camino.
En contraparte, la experiencia total cuesta 99 euros, sea cual sea el número de jugadores, con lo que querrás llenar los huecos con la posibilidad de pagar unos 25 euros por participante. Entiendo que estás pagando por la innovación y por una hora de trabajo del actor, pero me parece un precio algo prohibitivo para la situación actual. Rebajaría el precio para una mayor democratización de esta tecnología emergente.
No obstante, es interesante imaginar la potencialidad de este tipo de juegos. Se me ocurre una experiencia similar con un tono más adulto, parecida al Cluedo, donde haya varios actores y haya que descubrir al culpable, o al estilo Lobo de Castronegro, donde no sepas qué jugador es el actor… Incluso obras de teatro representadas en realidad virtual o en vídeos de 360º.
El avance de la tecnología, sumado a los peligros derivados de la pandemia, están trasladando muchas experiencias a la realidad virtual. Desde museos a festivales de música, pasando por supuesto por las escape rooms. Obviamente no por ello debemos dejar de apoyar los negocios locales de este tipo, que necesitan de sus clientes más que nunca, pero sólo el tiempo nos dirá cómo disfrutaremos del ocio de aquí a unas décadas.
