Next Level – PSVR 2 | Los indies mantienen viva la VR

La iniciativa Madrid In Game está pensada para que los estudios independientes tengan un apoyo a la hora de publicar su juego. No sólo un espacio físico, sino acceso a kits de desarrollo, visores de VR para lanzar versiones o títulos en Realidad Virtual, e incluso programas para lograr financiación por medio de reuniones con terceros. Vamos, una incubadora en toda regla. ¿Qué tiene esto que ver con lo que solemos tratar en la web? Félix Alberto Martín Gordo, el consejero delegado del Ayuntamiento de Madrid, ha sido el último invitado a nuestro programa de Next Level PSVR 2, lo cual me lleva a la idea de que los estudios indies mantienen viva la VR. Sin ellos, no tendríamos PS VR2, Quest 2 ni ninguno de los demás visores que tanto nos gustan.

Los verdaderos innovadores dentro de la VR

Todos queremos grandes AAA en Realidad Virtual. Súper producciones al estilo de Horizon Call of the Mountain o Resident Evil Village. Esos títulos con momentos que, sencillamente, nos vuelan la cabeza gracias a sus pedazo de gráficos, épicas situaciones o sus grandes historias. Sin embargo, a la hora de la verdad, no suelen innovar apenas en lo que a la Realidad Virtual se refiere. Horizon no deja de ser una especie de primera experiencia para PS VR2, Gran Turismo 7 ni siquiera intenta aprovechar los mandos de movimientos para ofrecer una nueva manera inmersiva de conducir. Eso por no mencionar Resident Evil Village, el cual coge ideas de diseño que nos conocemos de sobra.

Por otro lado, tenemos obras como Eye of the Temple, que ofrece una manera completamente nueva de aprovechar el Room Scale para convertir una zona de 2 x 2 metros en un templo donde vivir grandes aventuras. Blade & Sorcery ha sido pionero a la hora de plantear los combates con armas cuerpo a cuerpo basados en físicas. Pese a su popularidad, es un juego increíblemente indie, lo que ha retrasado notablemente su desarrollo. Incluso a veces, los indies saben aprovechar mejor las capacidades de una plataforma, como Before Your Eyes al aprovechar el tracking de ojos mejor que cualquier otro juego.

Muchas de las mecánicas que vemos hoy en día en los AAA, han venido antes de otros títulos más pequeños. No olvidemos que el modelo de juego rítmico en VR vino de Beat Saber, el cual era un pequeño juego indie hasta que Meta sacó la chequera. ¿Las recargas de armas? Pavlov es uno de los artífices de darnos armas realistas a base de iteración tras iteración a lo largo de los años hasta el modelo actual. Por no hablar de interacciones de objetos físicos, las cuales son muy comunes, pero su origen más primigenio viene de Job Simulator, donde todo giraba en torno a “toquetearlo” todo. ¿Alguien se imaginaba que un Tony Hawk era posible en VR? Seguramente no hasta que llegó VR Skater.

Luego fueron los AAA los que han ido perfeccionando la técnica o puliéndola, como tener físicas más realistas en Horizon Call of the Mountain. 

Más variedad y cantidad

Otro detalle importante es que los indies, al no poder competir contra las súper producciones, tienen que destacar de otra forma. Ya sea por su temática, sus mecánicas o su apartado artístico. Obras como Tentacular o WHAT THE BAT? son tan absurdas como únicas y maravillosas. The Last Clockwinder, o el infravalorado Transpose, pueden centrarse en algo tan particular como nuestros clones temporales. Incluso dentro de géneros más o menos manidos, todavía logran aportar su granito de arena, como el nacional Drums Rock. A veces, son estos indies, los que pueden revivir sagas de antaño con una buena idea como base, como ocurrirá en breve con C-Smash VRS. 

Hacer un AAA como nos gustaría llevaría mucho, mucho tiempo. No es viable con la cantidad de visores que hay en el mercado, tener AAA al mismo ritmo que en plano. Sin embargo, con los indies tenemos algo prácticamente cada semana. Un shooter rogue-like por aquí. Un juego de supervivencia por allá. Un juego de rol multijugador para rematar la faena. ¿Por qué no un arcade de motos para sentirnos como dentro de Akira? No son experiencias igual excesivamente duraderas, pero saben centrarse en una única idea. Un núcleo jugable que no está adornado con las típicas capas extra de un AAA o su envergadura, pero que saben dejar con un buen sabor de boca.

Si tuviéramos que esperar al enésimo AAA clónico sin indies, nos quedaríamos sin nada a lo que jugar en menos de lo que canta un gallo. Gracias a los indies, podemos ir picoteando toda clase de experiencias. Todas diferentes entre sí, para luego llegar al plato principal. Ese Firewall Ultra que tanto esperamos. O quizá Astro Bot 2. Quién sabe, igual lo que iba a ser un entrante se acaba convirtiendo en la estrella del menú de ese año.

Inicios humildes, futuro prometedor

Que “sólo” tengamos indies durante una temporada no significa que sólo vayamos a tener juegos pequeños. A veces, un título menor puede ser una prueba de concepto. Mostrar algo disparatado que igual funciona, o igual no. Desde ahí, se va creciendo hasta ofrecernos una súper producción, con más recursos. Así, de varias empresas indies han ido surgiendo producciones AA o incluso AAA. nDreams empezó con juegos de la talla de Shooty Fruity, pero así han ido amasando experiencia y dinero, para tener entre manos SYNAPSE o Ghostbusters: Rise of the Ghost Lord. 

Estas empresas, a su vez, no sólo han invertido más en sus futuros proyectos, sino que han dado su oportunidad a otros indies. Fast Travel Games, nDreams o Vertigo Games tuvieron orígenes humildes (no tanto como desarrolladores en el garaje de casa programando sin parar), pero ahora están haciendo que títulos indies logren llegar casi a la categoría de AA. Buenos ejemplos serían Sushi Ben (no me cansaré nunca de mencionarlo), Hellsweeper VR o Guardians Frontline. 

En España hacemos las cosas muy bien

Félix Alberto Martín Gordo

España es un buen ejemplo de este ascenso meteórico dentro de la VR. Vertical Robot sigue siendo lo más indie que te puedes echar a la cara, pero son capaces de ofrecerte algo equiparable a un AAA como han demostrado con Red Matter 2 gracias a sus innovaciones tecnológicas, poniéndolos a la vanguardia de la VR. Odders Lab empezó con OhShape como algo humilde, pero no sólo ha ido creciendo el juego. Han llegado a poder publicar Les Mills Bodycombat, un juego de fitness con una de las licencias más reconocibles del mundillo. Quién sabe si Garage51 con Drums Rock pegará otro pelotazo a lo Beat Saber. Anotherway ya fue un éxito indie gracias a su única idea de hacer air guitar con Unplugged, que ha podido evolucionar hasta ser el Guitar Hero de la VR.

Al final, esto es lo bonito de la industria. Cuando las empresas se retroalimentan entre sí. Surge una buena mecánica que se ve potenciada entre todos. O se ayuda a que gente con talento tenga la financiación que se merece. Así que, no penséis que algo por ser indie será peor. Estos pequeños grandes estudios son el motor que mantiene viva la industria VR. Los verdaderos genios sin los que realmente no tendríamos nada con lo que jugar.