Anoche se celebró la gala de The Game Awards, donde se otorgaron premios a los títulos más destacados de la industria del videojuego. La presencia de la realidad virtual ha sido prácticamente nula todos los años, con la salvedad de una categoría dedicada al medio.
Este año los nominados a Mejor Juego VR fueron Star Wars Squadrons, los exclusivos de PlayStation VR Dreams y Iron Man VR y, como no podía ser de otra manera, The Walking Dead: Saints & Sinners y el potente Half-Life: Alyx. Para sorpresa de pocos, Alyx fue finalmente quién se llevó el galardón.
Han sido pocos los juegos de VR que han podido competir de tú a tú en otras categorías con videojuegos en plano. No obstante, si un juego podía conseguirlo era Half-Life: Alyx, que también competía por Mejor Dirección, Mejor Juego de Acción y Mejor Diseño de Audio, aunque perdiese en todas ellas.
Half-Life: Alyx no sólo es la mejor experiencia que se puede probar en VR, sino que también es un juego triple A de tomo y lomo. Para mí, un GOTY es un título que empuja al medio más allá, que innova y que es perfecto en todos sus ámbitos. Y no hay mayor innovación que la que ofrece Alyx. Y quién lo jugó, lo sabe.
Ha sido una oportunidad perdida la de nominar al juego como Juego del Año, ya que habría sido un ejemplo perfecto de la cada vez mayor popularidad de la realidad virtual. Un escaparate con el que decir al mundo de los juegos que esta tecnología está para quedarse y que tenemos juegos de quitar el hipo.
Aún así considero un éxito haber visto el título en categorías fuera de esa especie de discriminación positiva de Mejor Juego VR, una sensación equiparable a Mejor Juego Indie. Los juegos son juegos, vengan de dónde vengan y usen la tecnología que usen.
Como último punto positivo os diré que se vieron multitud de anuncios de Oculus durante la ceremonia, lo que indica un gran interés por parte de Facebook de ser visto como una plataforma más de gaming, máxime tras el éxito sin precedentes de Oculus Quest 2.
Queda poquito para que los juegos de VR puedan mirar a la cara a las grandes superproducciones. Half-Life: Alyx nos lo ha enseñado, pero ahora es el momento de que otros estudios cojan la batuta para que aquellos que aún miran el VR como algo de nicho puedan ampliar horizontes y descubrir aventuras de una manera distinta.