Impresiones de Vampire: The Masquerade – Justice. Dishonored en VR y con colmillos

Uno de los juegos que más esperamos todos para lo que queda de año en VR es claramente Vampire: The Masquerade – Justice. El equipo de Fast Travel Games ya se ha ganado una gran reputación no sólo con sus grandes títulos, sino adaptando de manera fiel la franquicia de World of Darkness. En Gamescom al fin hemos podido hincarle el diente, porque sí, los chistes sobre vampiros son obligatorios. Afilad vuestros colmillos, que las impresiones dejadas por Vampire: The Masquerade – Justice no podrían ser mejores.

Probamos la versión de Meta Quest 2, y las capturas que veréis en el avance son de la sesión de juego. Pero tranquilos, que el título se estrenará también en PS VR2 y PCVR, donde aprovechará su potencia extra para ofrecer mejores gráficos. Dicho esto, ¡al cuello!

Hora de impartir justicia al estilo de los vampiros

Como no podía ser de otra forma en un juego de Vampire: The Masquerade (recordemos, es una saga de rol), al empezar nos crearemos a nuestra versión de Justice, el vampiro protagonista. Podremos elegir el sexo y entre varios tipos de manos, para así sentirnos más inmersos dentro de la trama. ¿Nuestra tarea? Descubrir quién ha matado a un mandamás del mundillo de los vampiros de Venecia, recuperar un objeto robado y llevarlo ante la justicia… Justicia al estilo de la Mascarada, claro.

En esta sesión de juego, empecé la aventura, para aprender los movimientos básicos, antes de saltar a una misión más avanzada. El inicio es realmente espectacular, con una puesta en escena brillante. La entrada a Venecia en canoa, mientras vemos las zonas más oscuras y grotescas de la ciudad, es memorable. Me recuerda al comienzo de The Walking Dead: Saints & Sinners, al servir para ponernos en situación, además de lucir increíble.

De hecho, las escenas de vídeo están muy bien planteadas. Nos ponen en lugares fijos, y aunque si intentamos mirar hacia atrás la cámara se resetea para que estemos siempre al frente, la escenografía está muy lograda. Cuando nos cuentan toda la situación, con el consejo de los vampiros mirándonos fijamente, es imposible no sentirse abrumado ante todo su poder. Sin duda, la narrativa será fundamental en Vampire: The Masquerade – Justice, e incluso podremos tomar algunas decisiones que afectarán a la trama. No será una constante, pero sí lo justo para recordar que estamos ante una adaptación de uno de los juegos de rol más populares.

Este parpadeo me suena

En lo que se refiere a las mecánicas, no voy a andarme con rodeos: Vampire: The Masquerade – Justice es Dishonored, pero en VR. Ya era algo que se veía en su primer tráiler, pero al jugar es más que evidente. Hay mucho énfasis en el sigilo, ya que pese a nuestro poder, si nos fríen a tiros, nos convertiremos en un vampiro grullere. 

Así que todo está pensado para que acechemos a nuestras presas desde las sombras. Para ello podremos escalar por los canalones y otras estructuras, apostando el diseño de niveles por la verticalidad y las rutas alternativas. ¿Hay una zona lejana? Pues saltamos con el parpadeo. Sí, la habilidad más significativa de Corvo de Dishonored también está presente aquí, y funciona de maravilla. No deja de ser un teletransporte rápido, con su cooldown para no abusar de él, pero que nos puede servir para la exploración, evitar a un guardia que nos está viendo o para evitar correr. Que los vampiros ya tienen sus años, y mejor usar los poderes a las piernas.

Si pillamos a un enemigo desprevenido, ya sea por la espalda o por arriba, podremos ejecutarlo usando este parpadeo. Eso sí, nada de abusar de esta habilidad, ya que si matamos así, consumiremos parte de nuestra energía vampírica. ¿Cómo recuperarla? Chupando la sangre de todo bicho que veamos. Las ratas son un pequeño sustento, pero el plato fuerte son los humanos. Ya sean civiles o enemigos, nada como acercarse por la espalda, llevar nuestra cabeza a su cuello, ¡y a beber! No podía evitar sacar los colmillos yo mismo, y aunque tenía que estar ridículo por fuera, yo me lo estaba pasando en grande dejando a los venecianos sin una gota de sangre.

Abrazando el poder de la oscuridad

El parpadeo no es el único poder del que dispondremos. Como en un juego de sigilo la información es poder, con nuestra mano izquierda podremos hacer un “foco” que nos permitirá detectar rastros ocultos o fuentes de sangre. Así detectaremos enemigos, zonas secretas y mucho más. Para algo más directo, tenemos la posibilidad de matar desde la distancia absorbiendo la sangre de los enemigos, o plantando trampas una vez descubramos las rutas enemigas. Incluso contaremos con una ballesta, pudiendo fabricar flechas que noqueen a los enemigos o de ácido para las máquinas con nuestra sangre. 

Como podéis ver, absolutamente todo en Vampire: The Masquerade – Justice nos deja hambrientos, lo que nos obliga a luego recuperar sangre matando a nuestras víctimas. Esto sólo lo podremos hacer si vamos con sigilo, ya que si matamos a alguien a puñetazo limpio (o con un martillazo), no podremos luego beber su sangre. Es un equilibrio muy bueno, que refuerza una vez más la idea de que somos un acechador nocturno, y aunque tengamos poderes muy potentes, necesitamos ir con cuidado.

El nivel más avanzado que jugué me encantó. Había que llegar hasta una casa para plantar un micrófono, y cómo llegáramos dependía completamente de nosotros. De nuevo, muy a lo Dishonored, pero de una forma mucho más limitada. La fase es más cerrada y lineal, pero seguía habiendo zonas ocultas que nos daban nuevos coleccionables o descubríamos historias secundarias. ¡Ay pobre ligón italiano que pensaba se ligaba a una buena moza y sólo quería chuparle la sangre!

Sigilo, exploración y mucho potencial

Esta limitación en cuanto a amplitud, junto a la libertad máxima sobre cómo afrontar los objetivos, fueron lo que más me gustó de Vampire: The Masquerade – Justice. Es un enfoque más directo que el de Dishonored, sin además las limitaciones sobre ser “bueno o malo” que nunca me gustaba de la obra de Arkane Studios. Entre las múltiples rutas disponibles y los objetivos secundarios que nos animaban a no ser descubiertos o matar a nadie, está claro que estaremos ante una aventura muy rejugable.

Dicho esto, no todo era perfecto. Visualmente era impresionante para estar ante Meta Quest 2 (muchas ganas de probar la versión de PS VR2), pero quizá eso hacía que la IA fuera algo más floja. Hubo algunos momentos algo ridículos donde atraía a los enemigos tras una esquina, ¡y martillazo en la cabeza! Esto es algo que también ocurre en Dishonored, pero sigue siendo algo que “rompe” la logradísima inmersión que se consiguen con los demás apartados.

Es una pega menor para una aventura que promete ser sencillamente espectacular. Fast Travel Games promete unas 10 horas de vampirismo, sigilo, exploración, narrativa y mucho, pero que mucho estilo. Vampire: The Masquerade – Justice se convirtió por méritos propios en mi juego VR favorito de toda la Gamescom 2023, con que hay más ganas todavía de visitar Venecia el próximo 2 de noviembre con unos buenos colmillos virtuales.