Análisis de Undead Citadel para PCVR

Llevamos años esperando Undead Citadel. La obra del equipo nacional Dark Curry nos conquistó a todos cuando se mostró hace ya unos añitos gracias a la promesa de su potente ambientación medieval de fantasía oscura y combates basados en físicas de lo más potentes. El desarrollo se alargó muchísimo, pero al fin está entre nosotros. Primero en PCVR, con la promesa de llegar también a PS VR2 y Meta Quest 2 en el futuro. Preparad vuestras espadas, los chascarrillos malos y el arco, que comienza el análisis de Undead Citadel en su versión para PCVR.

Pero si yo sólo quería resguardarme de la tormenta

En Undead Citadel tomamos el papel de un caballero al que le ha pillado una de las peores tormentas que se recuerdan. Así que mientras buscamos cobijo, vislumbramos una ciudad a lo lejos. ¡Salvados! Lástima que está en ruinas e infestada por no-muertos. Así que, si queremos ganarnos un más que merecido descanso, tomarnos unas birras en el pub y visitar el burdel local (nuestro mal-hablado protagonista tiene muy claras sus prioridades), debemos detener este caos.

Ya está. No esperéis más historia, giros de guion ni nada. Es una excusa típica de serie B, y funciona para la campaña. El protagonista no parará de soltar chascarrillos malos al ir avanzando, comentar lo que le va pareciendo la situación y demostrar que no necesita abuela de lo mucho que se mola a sí mismo. Quizá habría estado bien algo más complejo para animarnos a seguir avanzando en la campaña, pero a veces, sólo es necesario una premisa así de sencilla para empezar a soltar espadazos.

La perfecta unión de la simulación y lo arcade

Al final, hemos venido a Undead Citadel a soltar espadazos, y por suerte, es donde el juego mejor funciona. Todo se basa en físicas, pero no se busca el “realismo” de Blade & Sorcery. Que sí, está muy bien, pero reconozcámoslo: cuando intentamos imitar los vídeos espectaculares que vemos por redes sociales, nos salen peleas toscas porque no somos así de habilidosos o las físicas se han ido a paseo. 

Es ahí donde entra el equilibrio con una vertiente más arcade que ha logrado Dark Curry, y que me encanta. Las armas tienen una buena sensación de peso, pero sin ser inmanejables. ¿Queremos dar un buen sablazo? Pues lo podremos hacer sin muchos problemas. ¿El entorno puede ser nuestro arma? También, tirando estanterías cuando estemos en una casa, o cogiendo sillas para arrear con ellas a los enemigos. Todo funciona tal y como lo haría en la vida real, por lo que podemos plantear los combates como queramos. Esta es la parte “realista” del sistema de lucha.

La parte más arcade viene por la agresividad de los enemigos. Nos van a rodear, van a ir a por nosotros y no nos van a dar ni un momento de respiro. Saltarán para darnos un golpe mortal, intentarán trocearnos con sus espadas, etc. ¿Queremos pararlos? Pues a bloquear físicamente su ataque, o mejor aún, a pillarles en el aire para partirlos por la mitad con un buen mandoble. Estas acciones se hacen con bastante facilidad, sabiendo el juego lo que queremos hacer para dar esa sensación de estar ante un constante tira y afloja. Igual no hemos hecho el parry súper fuerte, pero aun así se detecta como tal. Lo mismo al cortar una extremidad de los enemigos, y esto ayuda a crear una sensación de poder que no he sentido en Blade & Sorcery ni por asomo.

Aquí no solo se busca realismo, sino también que nos sintamos como unos grandes héroes de acción de la época medieval. Unos John Wick con espadas que vamos a arrasar con todo. Para que, tan pronto estamos dando espadazos, como cogemos el arco para acabar con los enemigos a distancia, o buscamos puntos débiles en las armaduras para asestar el golpe de gracia. Las peleas son increíblemente divertidas, y pese a no tener mucha variedad de enemigos, sólo con ir modificando el armamento que portan y su número, se logran encuentros que siempre nos van a enganchar.

Este pueblo necesita un herrero

Ahora bien, las armas no tienen una durabilidad infinita. Se van a romper con el uso, y sólo podemos llevar dos en nuestro cinturón. Esto nos obliga a ir probando los “juguetitos” de los enemigos de manera constante. Es también la manera de ir desbloqueando los más de 80 objetos que hay en el juego, entre escudos, espadas, hachas, armas a dos manos, pociones, etc. Cuando lo hayamos desbloqueado, luego podremos usar ese objeto en el modo Sandbox para trastear más con él, lo que también puede servir de entrenamiento.

No puedo olvidarme de las pociones, que nos darán diferentes efectos. Una activará el tiempo bala, para que podamos reaccionar más rápido, además de tener una sensación de ser un héroe de acción todavía mayor. Otra es directamente una granada, ideal para limpiar grupos de enemigos de una sentada, o cómo no, una poción que nos permite congelar a los monstruos para luego hacerlos añicos con un buen mazazo. 

De manera resumida, Undead Citadel ofrece montones de opciones para pasarlo en grande combatiendo, ya sea en el Modo Historia (el principal atractivo del juego) o el clásico Modo Horda. Incluso hay motivos para explorar los escenarios en busca de una espada mejor, o alimentos con los que ir recuperando la salud. Todo bastante bien… Hasta que llegamos justo a esta parte de no combatir.

En la época medieval no había Google Maps

El diseño de niveles de Undead Citadel es un desastre. Así de simple. Pese a que la campaña es totalmente lineal, me he sentido perdido prácticamente todo el tiempo. Fuera de los combates, el título no sabe guiar correctamente al jugador hacia el siguiente objetivo, ya sea destacando el camino a seguir, dejando claro lo que debemos hacer o una mezcla de los dos. 

En una ocasión, me tiré media hora entrando en las cabañas buscando una maldita antorcha, que estaba casi oculta en la más cercana de donde la necesitaba. ¿Problema? Estaba casi camuflada con el resto del mobiliario, por lo que tardé una cantidad absurda en verla. Esto me pasó en varias ocasiones más, dando lugar a muchos tiempos muertos entre estos divertidísimos combates de los que hace gala el título.

No ayuda lo clónicos que son los escenarios. Al estar siempre en la ciudad, no hay mucha variedad de entornos. Hacia el final tenemos unas catacumbas, pero no mucho más. Que al entrar a una casa haya una carga mediante un fundido a negro no ayuda a hacer más fluida la exploración, aunque tampoco molesta en exceso. Pero claro, cuando cada interior es prácticamente idéntico al anterior, es fácil sentir que ya hemos estado ahí, pero igual no. 

Todos estos problemas hacen que la campaña se haga más pesada de lo que debería. Ni los momentos de escalada ni los “puzzles” para abrir cerrojos ayudan a que sintamos que todo fluye de manera natural entre las escenas de combate. Así que, los 10 niveles, que duran unas 6 horas más o menos, terminan por atragantarse más de la cuenta.

La ciudad horripilante más bonita de la VR

En la parte técnica, volvemos a los elogios. Aunque Dark Curry es un equipo bastante pequeño (no hay más que ver los créditos), han logrado que Undead Citadel se vea casi al nivel de varios AAA de la VR. Esto se traduce en monstruos muy vistosos, armas que da gusto empuñar y animaciones potentes para poder leer mejor los movimientos de nuestros no-muertos enemigos.

La iluminación también está muy conseguida, destacando varios momentos donde estamos en completa oscuridad, y nos toca usar una antorcha para evitar luchar a ciegas. Todo esto con un rendimiento bastante bueno, incluso en mi PC que es más bien discreto y tiene la potencia justa para la VR. 

El sonido también me ha gustado bastante. El actor que hace de protagonista vende muy bien lo mamarracho que es, y tranquilos, que contamos con textos en nuestro idioma. La música cuando suena es efectiva, aunque no es muy predominante. Los efectos de las espadas sí son contundentes, ya sea al chocar entre ellas, o cuando cortamos la putrefacta carne de nuestros enemigos. 

Conclusión

Después de tantos años de espera, quería que me encantara Undead Citadel, y en su lugar, me he llevado una decepción. Sí, el combate es increíblemente divertido. Su unión de “realismo” con un espíritu más arcade es de lo más efectivo. Incluso técnicamente es de lo más resultón, pese a las limitaciones de un estudio indie como este. ¿Problema? Todo lo que hay fuera de estas secuencias de combate.

El diseño de niveles es donde el juego pincha a lo grande, y hace que la campaña se haga pesada o incluso aburrida, que es peor. Pese a estos años de desarrollo, creo que al juego le quedaba más tiempo en el horno. Más playtesting para ver por dónde se puede perder el usuario, y evitar esa frustración de sentirnos sin saber por dónde continuar pese a que estamos ante un juego tan sumamente lineal.

Así que, tenemos un paquete desigual. Un combate muy divertido y técnicamente resultón, pero que falla en todo lo demás. Ojalá Dark Curry, mientras prepara el resto de ports, puedan ir haciendo ajustes a las fases que ya hay presentes, porque aquí hay una muy buena base, pero les queda conectar las partes potentes para darnos el juego que llevamos tanto tiempo esperando.

Ficha técnica:

• Desarrollador: Dark Curry
  
• Distribuidor: Dark Curry
• Plataforma: PCVR – Próximamente en PS VR2, Quest 2
• Género: Acción, hack and slash
• Idiomas: Textos en castellano y voces en inglés
• Fecha de salida: 08/06/2023
• Precio: 29,99 €
• Intensidad: Baja-Media