Melbits POD es un juguete interactivo que utiliza (entre otras tecnologías) la realidad aumentada. Este dispositivo fue creado por el estudio español Melbot Studios, oriundos de Barcelona y Valencia, y no es el primer producto basado en estas adorables criaturas. La desarrolladora ya había creado en 2017 su primer juego, Melbits World, actualmente disponible para PlayStation 4, PC y Nintendo Switch, con una versión para iOS y Android,
Sería con este juego con el que la start-up daría a conocer a sus pequeñines para, posteriormente, crear una campaña de Kickstarter con la que financiar la creación del Melbits POD. Esta campaña fue muy exitosa, con una financiación del proyecto en las primeras 24 horas.
Actualmente, el dispositivo se encuentra a la venta al precio recomendado de 59,99 euros.
¿Tamagotchi? ¿App? ¿Huevo Kinder?
Melbits POD es un juguete con forma de huevo y del tamaño de la palma de la mano que pretende emular a las mascotas virtuales de los 90 como los Tamagotchi o los Digivice de Digimon. Para ello, cuenta con una aplicación para iOS y Android que nos permitirá poder ver a nuestras pequeñas criaturas.
El proceso comienza con una pequeña semilla Melbit, que deberemos incubar dentro del POD. Para hacerlo es tan sencillo como agitar el POD y situarlo encima de la pantalla del móvil. Así, se iniciará una cuenta atrás hasta que nazca el Melbit.
¿Cómo funciona esta fase? El POD se conecta al móvil mediante ubicación y Bluetooth 4.0. Luego, interpreta la información del smartphone mediante las ondas lumínicas de la pantalla con un sensor lumínico, de una forma parecida a la tecnología usada en Lego Super Mario.
Hay 3 semillas distintas: luz, movimiento y temperatura. Durante la gestación podremos influir en el Melbits que obtendremos al final utilizando los distintos sensores que tiene el POD. Si es una semilla de temperatura, podremos obtener un Melbit distinto al darle calor que al dejarlo al fresco. Uno distinto al dejarlo bajo la luz y otro al dejarlo en penumbras. Uno distinto al moverlo a lo loco durante la gestación y otro al dejarlo quieto.
Una vez terminado el tiempo de gestación tendremos a nuestro primer Melbit, con el que podremos hacer diversas cosas. Podremos alimentarle con su comida favorita, vestirle con complementos estéticos o hacerle cosquillas. Todas estas acciones mantendrán feliz a nuestro Melbit, logrando que evolucione a nuevas versiones de la criatura. Cada rama tiene muchas ramificaciones en función de cómo lo cuidemos, llegando hasta los 150 Melbits distintos con unos diseños muy bonitos y trabajados al milímetro.
Conforme subamos la felicidad de nuestros Melbits, desbloquearemos nuevas comidas, ropa y semillas para tener más Melbits y convertir el Melbit Hub en una auténtica fiesta. El objetivo del juego no es otro que liberar en Internet todos los Melbits posibles para que acaben con los virus que pueblan el mundo.
Funciones AR
Melbits POD permite utilizar alguna función en AR para interactuar con él mediante el smartphone. Podremos observar la gestación de la semilla dentro del POD gracias a que la cámara reconoce el patrón impreso en el juguete, aunque no fuimos capaces de activarlo. Además, podremos hacernos selfies con nuestros Melbits. Esta función sí que pudimos aplicarla, aunque mejor no enseñar los resultados…
Conclusión
Se trata de un interesante dispositivo para estimular a los más pequeños de la casa a aunar el mundo físico y el digital. Un juguete con multitud de sensores que, quizás, no se terminan de aplicar tanto o de una manera tan imaginativa como podrían. Un hardware muy bien pensado y con un gran potencial que viene acompañado por un software algo escaso.
El potencial está ahí, quizás con el tiempo vayan actualizando la aplicación e incluyan algo más de historia o alguna manera de jugar con los Melbits para que el huevo no acabe cogiendo polvo a los pocos meses. Los niños de hoy en día tienen tantos entretenimientos a su alcance que, si no ofreces estímulos constantes, es fácil que se aburran de tu producto.
El precio también es un poco elevado, aunque dentro de lo que se espera de un juguete tecnológico. Una curiosidad que, si bien no es revolucionaria, es un regalo estupendo para niños de 6 años en adelante.