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Análisis de MADiSON VR para Meta Quest 3: un lanzamiento no apto para débiles

El juego de terror ya está disponible en la plataforma

Hace tan solo una semana, la noticia de que MADiSON llegaba a Meta Quest sorprendía a todo el mundo por lo escueto de su lanzamiento. Sí bien es cierto que, anteriormente, hemos podido disfrutar del juego para plataformas como PSVR2, la ocasión requería dedicarle al juego de Bloodious Games una nueva vuelta. ¡Cómo si jugar a su versión original fuera moco de pavo! Vamos, que para ponerme las gafas he tenido que hacer todo un ejercicio de mentalización. MADiSON no es para débiles y dar miedo, da mucho. Ahora bien, ¿qué tal es esta nueva versión para Meta Quest? ¡Os cuento todos los detalles en el siguiente análisis! 

La peor experiencia de mi vida 

Vale sí, resulta muy dramático decir que jugar a MADiSON en Meta Quest 3 ha sido “la peor experiencia de mi vida”, pero me voy a tomar la licencia por todos esos infartos que he sentido durante las 5 o 6 horas que dura. ¡Y mira que ya sabía lo que iba a pasar! Que no se me malinterprete, la mala experiencia no es porque el juego sea deficiente, al revés, sino porque da muchísima impresión. 

Con esto claro, vamos con todos los detalles. Si alguno de nuestros lectores todavía no conoce esta entrega y siente cierta tentación por pasar miedo, en MADiSON nos ponemos en la piel de Luca, un joven con cierto pasado familiar traumático y envuelto de misticismo a quien, ya desde el primer momento, vemos envuelto en una situación dramática. Sé que no es muy revelador, pero es mejor dejar en el misterio todos los entuertos de una trama que, ya de por sí, es bastante escalofriante. Eso sí, demonios, espiritismo…todo ello está presente.  Nuestra gran aliada en esta batalla contra las fuerzas espirituales no es más que una cámara con la que ir recogiendo instantáneas, pero no al estilo Project Zero donde funciona como arma, aquí es más bien un punto de inflexión en el avance. Una vez pulsas, sabes que puede pasar algo importante. 

MADiSON

Ya de por sí, MADiSON es un juego muy visceral con gran cúmulo de jumpscares (hay una zone en concreto que…) y además es en primera persona, lo que lo convierte en una opción perfecta para dar ese salto a la VR ya desde un inicio. De hecho, esa es una de las críticas que más ha recibido el juego: que se trata de un port para VR que nace de la versión original y eso conlleva algunos “problemillas” que, para según qué tipo de jugador, dentro del género puede ser una desventaja. Por ejemplo, la interacción con objetos no permite la inmersión esperada, sino que se limita a los movimientos originales que podíamos hacer en la entrega original, pero con unos controles adaptados a los mandos del dispositivo. Si tienes un martillo y te quieres cargar unos cuantos tablones de madera a tu estilo, no es posible. Si quieres lanzar una botella (por decir algo) tampoco puedes. De hecho, en los objetos los puntos de interacción están claros y el añadido más orientado a la VR que encuentro es el poder guardar objetos al hacer un gesto por encima del hombro. ¿Significa esto que el juego no se pueda disfrutar? No. En realidad, lo que significa es que el jugador más implicado debe entender que se trata de una versión menos inmersiva a los mandos. 

En la misma línea, os podría comentar que se echan en falta algunas opciones de ajuste para diferentes tipos de jugador, como es el caso de Batman Arkham VR. Si fuisteis de los que leyeron mi análisis de Metro Awakening VR, sabréis que no tengo problema en admitir que soy propensa a los mareos y que todas estas opciones que incluyen algunos títulos, como los filtros a antimareo a los lados, son de agradecer. Por mi parte, las sesiones que he tenido que hacer con MADiSON han conllevado varias pausas, no más de 20 minutos en cada tanda e incluso jugar sentada, ya que el movimiento funciona por joysticks. Por supuesto, esta es una apreciación subjetiva, no todo el mundo sufre de esta problemática, pero si hay alguien que sí, que sepa que es probable que se tenga que tomar con calma un juego que, por otra parte, es recomendable hacerlo así. 

MADiSON

Y eso me lleva al tema del miedo. Os comentaba que los controles no son lo más inmersivos, pero eso no implica que a nivel de atmósfera no vayas a estar tenso desde el primer momento. Su apariencia es uno de los grandes pilares. Íntegramente lo he jugado en Meta Quest 3, no a través de PCVR, lo que hace que se sacrifique (un pelín) la calidad visual, pero nada fuera de lo normal. Las texturas o los efectos de iluminación puede ser algo menos detallados, así como la nitidez según la distancia, pero manteniendo un buen nivel y sin presencia de demasiados, o casi nada, dientes de sierra. Detalles como la luz de la televisión en el inicio del juego o el contraste de sombras me han parecido resultones. Tengo en mente un momento en el que era incapaz de encontrar un objeto en el suelo y cómo cambiaba la estancia completamente al enfocar luz. Si bien PSVR2 tal vez lleve este detalle más al perfeccionismo, resulta muy eficaz. 

En mi opinión, el apartado que más luce es el sonoro, ya sea con sonido de truenos en el momento preciso, relojes que suenan, el inquietante sonido de la cámara, objetos que se caen…MADiSON es un juego con constantes sustos (maldita estatua), pero otra veces es la inmersión de su atmósfera la que te tiene al borde de colapso. ¡Imaginaros jugarlo en primera persona! No os voy a mentir: bajé el volumen todo lo que pude, pero sin llegar a quedarme en silencio.  

Lejos de querer extenderme, ya que me gustaría hacer una comparativa detallada entre versiones, la sensación que tengo es que Meta Quest 3 mantiene muy bien el tipo frente a este título, en el que lo más importante es, sobre todo, la experiencia como jugador al ponerse en la piel de Luca. La interacción con los objetos se queda moderada (como ya ocurría), pero la resolución de puzles está bien adaptada. Teniendo en cuenta que MADiSON no es un juego de base perfecto, pero sí muy recomendable, podemos establecer que su llegada a la VR (y a Meta Quest) cumple un papel muy similar al de 2022 con la entrega original. Si bien me gustaría explorar a fondo más propuestas del género dentro de la VR, el camino de MADiSON ha sido un camino muy muy duro. He leído quien cataloga a este juego como “el juego de miedo definitivo para VR” y aunque crea que es una afirmación muy categórica y que hay margen de mejora, el mal rato lo tenéis asegurado. 

 

 

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