Dibujar, escribir, modelar, interpretación… En los países del primer mundo tenemos la posibilidad de acceder a casi cualquier arte de manera sencilla y asequible. Desde plastilina para escultura a LEGO para arquitectura, a día de hoy se trata de una cuestión más de constancia que de falta de recursos.
Podemos encontrar, además, una gran cantidad de tutoriales en Internet que nos ayuden a aprender los conocimientos básicos de cada disciplina. Gracias al avance de la tecnología y al acceso a los smartphones podemos incluir la fotografía y el cine dentro del paquete. Por si fuera poco, compartir las creaciones y comunicarse con otros creadores es más fácil que nunca, algo que se ha visto plasmado en redes sociales como Instagram, YouTube o Pinterest.
Hablamos de que el límite para tu expresión sea, cada vez más, sólo la mente. Por supuesto, todo se puede profesionalizar en distintas medidas para poder perfilar, detallar y mejorar nuestras creaciones para plasmarlas de una manera más certera en comparación con lo que tenemos en la cabeza, algo que sólo se da con el avance en la materia y un poder adquisitivo superior.
En los últimos años se ha puesto sobre la mesa infinidad de veces el debate de si el videojuego es un arte o no. No vamos a debatir sobre si se debe catalogar como tal por una institución o no, pero es más que obvio que se trata de una expresión artística que va desde creaciones de una sola persona (Undertale) a auténticas superproducciones millonarias que pasan a ser el producto de ocio más vendido de la historia (GTA V).
Teniendo en cuenta su importancia y su calado cultural, ya va siendo hora de que el desarrollo de videojuegos sea accesible de la misma manera. Se trata de un arte algo complejo, puesto que involucra muchas otras disciplinas como diseño, música, ilustración, cine… No obstante, no tiene porque empezarse desde cero, sino que se pueden dar ciertos elementos ya creados para que el usuario pueda combinarlos a placer y crear algo nuevo. Con suerte, le picará el gusanillo para empezar una bonita pasión.
Ya nos han demostrado que se puede. Títulos como Super Mario Maker, RPG Maker o Minecraft han sacado a la luz la creatividad de muchos usuarios a la hora de crear nuevas mecánicas y experiencias con unos pocos recursos y reglas establecidas.
Media Molecule fue uno de los estudios más vanguardistas a la hora de ofrecer esta posibilidad a sus usuarios con Little Big Planet. Sin embargo, han querido dar un golpe en la mesa con Dreams, el título que analizamos hoy que se encuentra disponible en exclusiva para PlayStation 4 con compatibilidad para PlayStation VR y los mandos Move.
Dreams, más que un videojuego en sí, es una herramienta de desarrollo de experiencias videolúdicas; una especie de “motor” como lo puede ser Unity o Unreal Engine. No obstante, no guarda la complejidad ni la diversidad de opciones que los mencionados motores profesionales, ya que su objetivo es otro muy distinto: la democratización del desarrollo de videojuegos.
Crea
Es una herramienta de expresión artística con la que sus usuarios pueden crear películas, esculturas y experiencias jugables de una manera sencilla, amena y accesible. El editor se puede controlar mediante el DualShock 4 o los mandos PlayStation Move, con una clara ventaja por parte de los segundos. No tienen la precisión de un ratón, pero cumplen.
El editor permite modelar como en cualquier programa de modelado 3D, permitiendo crear básicamente cualquier cosa que imaginemos en el juego. Hacerse con él puede llevar tiempo y algo de esfuerzo, pero con el tiempo necesario se consiguen obras tan estupendas como las que he podido encontrar en el Dreamiverso. También te permite controlar la cámara y acceder a una biblioteca de música, sonido y efectos.
Programar nunca ha sido tan sencillo gracias a una sencilla interfaz que permite mapear los botones y relacionar todos los elementos mediante un sencillo diagrama de causa/efecto. ¿Quieres crear una experiencia con Sonic? ¿Representar el principio de Star Wars IV? ¿Entrar en una terrorífica casa abandonada? Todo esto está creado en Dreams. El editor es tan completo que te permite crear menús, puntuaciones y distintos niveles para un mismo juego. Incluye hasta un completo editor de música para poder crear tu propia banda sonora para tu juego.
La magia de Dreams es que permite hacer las cosas tan sencillas o tan complejas como desee el usuario. Puedes crear un plataformas en poco tiempo con los recursos predeterminados del juego o bajar por la madriguera de conejo para modelar todos los elementos y crear un mundo propio con una jugabilidad única y una banda sonora a tu antojo. Obviamente, lo segundo lleva mucho más tiempo, paciencia y conocimientos que lo primero.
Comparte
Una vez gestada tu gran creación, es posible compartirla en el Dreamiverso, una especie de red social que permite a sus usuarios compartir sus creaciones. Encontrar experiencias es súper sencillo ya que se puede buscar por género, etiquetas, por nombre del juego o por nombre del creador. Además podemos guardar favoritos y votar las creaciones con pulgar arriba o abajo. Podemos acceder a él incluso desde la propia web de indreams.
Juega
Jugarlas también es de lo más sencillo, ya que no es necesario descargar ni almacenar ningún tipo de dato en la consola. Todas las creaciones se guardan en la nube y es tan sencillo como seleccionar cualquiera de ellas y jugar directamente con un tiempo de espera ínfimo.
Modo historia
Dreams incluye una creación propia que podría catalogar como un Modo Historia del juego. Art’s Dreams es una especia de paseo que permite visualizar todo lo que es posible desarrollar en Dreams con el suficiente tiempo y esfuerzo. Completándolo, además, desbloquea nuevos sonidos y recursos para el editor. SIn embargo, este modo no está disponible para la realidad virtual.
Realidad virtual
Lo que nos lleva al terreno concreto que nos ocupa: la realidad virtual. Por supuesto, se puede acceder al editor mediante realidad virtual gracias al PlayStation VR, lo que ni mejora ni empeora la experiencia. El meollo del asunto es que al terminar la creación podemos incluir que sea compatible con VR, lo que permite el uso del visor durante la experiencia.
Las implicaciones de todo ésto son muy interesantes, ya que abre la puerta a que muchos usuarios puedan experimentar con el desarrollo en realidad virtual, un terreno con un potencial inmenso del que apenas vislumbramos las posibilidades. Se trata, como comentaba, de una democratización del desarrollo en realidad virtual.
Obviamente no todo el mundo tiene acceso aun visor, se trata de una tecnología algo cara (aunque cada vez menos), pero aquellos que tengan acceso a PSVR podrán jugar, experimentar y descubrir cómo es desarrollar pensando en el VR. Una herramienta didáctica e iniciática para muchos que ojalá sea para la VR lo que Minecraft para los bloques. Creación, expresión y creatividad en manos de todos.
En la otra cara de la moneda nos encontramos ante un universo de creaciones que explorar en VR. Con tan sólo un botón podemos recorrer siniestros cementerios, volar por las nubes o pasear por jardines. En muchas ocasiones podemos disfrutar del mismo juego con la cámara colocada en el mismo sitio en tercera persona, pero ya sólo poder observar el espacio a placer le da una nueva perspectiva a la experiencia.
Que sean experiencias desarrolladas por usuarios en un motor de nivel inicial también tiene unas consecuencias negativas que ya os imaginaréis. Los escenarios y ciertos modelos 3D se ven un poco borrosos y poco depurados y ciertas experiencias pueden marearnos por las decisiones de diseño de los usuarios. En definitiva, se le ven las costuras. Es algo normal y dificilmente evitable en un editor. No obstante, es sencillo encontrar experiencias más trabajadas que nos permitan disfrutar de una tarde de “picoteo” en VR.
Conclusión
Dreams pone sobre la mesa un accesible y depurado editor que será la puerta de entrada a muchos curiosos y futuros desarrolladores. Desde modelado 3D a música y programación, el motor ofrece herramientas para cubrir todas las áreas de un videojuego. Añadirle la opción de VR no ha hecho sino confirmar que esta tecnología no ha hecho más que empezar y que todos deberíamos poder trastear con ella.
Se trata de un bonito movimiento en pos de una idea: que todo el mundo debe poder tener a su alcance las herramientas adecuadas para dar rienda suelta a su creatividad. Media Molecule ha hecho un trabajo soberbio con su editor pero, en última instancia, Dreams será lo que la gente quiera que sea.