Si te estás preguntando que próximo título añadir a tu biblioteca de Oculus Quest, te vamos a contar por qué te interesa Crashland. Un desafío de oleadas con muchos disparos, e incontables enemigos que no querrás que se te acerquen. Si tienes fobia a las arañas, insectos, moluscos, o gusanos de arena, no sigas leyendo a menos que quieras superar tus miedos. Sin embargo, si recuerdas las películas de Starship Troopers, Dune, y Alien con cariño, vas a encontrar buenas referencias.
Un desarrollo muy meditado, y con intenciones
Llyr ap Cenydd, es un profesor en ciencias de la computación con intereses en animación procedimental y vida artificial, además del desarrollador de Crashland. Si la profesión de su desarrollador no te produce curiosidad por saber que es lo que puedes encontrar en este título, quédate porque te vamos a hablar de sus virtudes. Aunque antes te vamos a contar un poco de su historia.
Para entender el desarrollo de Crashland y que comprendáis que estamos de enhorabuena por tener este título en nuestro catálogo de Quest, tenemos que mencionar otra creación del mismo desarrollador. Y es que la afición de este desarrollador por crear biomas e intentar conseguir movimientos naturales en las criaturas que traslada al mundo virtual, le llevo a realizar una experiencia inmersiva en un mundo submarino lleno de vida, Ocean Rift.
Un safari submarino que incluye delfines, tiburones, tortugas, orcas, serpientes marinas, rayas, ballenas, manatíes, e incluso leones marinos y que también está disponible para Oculus Quest. La historia de este desarrollador con su peculiar característica en combinación con las posibilidades que ofrece la VR, hizo que trabajara con tecnologías más tempranas de las que disponemos hoy día.
Podéis ver más ejemplos de las criaturas animadas de Crashland de manera procedural por él en su blog, hay algunos muy conseguidos. Tenemos delante una demo técnica que fue mostrada en 2013 para Oculus Rift DK1, y que ha madurado a niveles muy altos para entrar en nuestras Oculus Quest.
Tras dos años de desarrollo la versión de Quest, ha realizado algunos cambios en las características del juego, y mejoras en el rendimiento, puedes disfrutar de un Crashland mucho más acertado en los tiempos actuales. Así que ahora que te hemos hablado un poco del desarrollador, hablaremos del juego que nos interesa.
¿Un juego más de oleadas? ¿Por qué te debería de interesar Crashland?
Porque lo que propone, aun siendo otro juego más de este tipo, resulta en una buena experiencia dentro del catálogo de Quest. La idea de haber sufrido un accidente explorando un planeta, y esperar ayuda mientras la fauna intenta devorarte en todos los planetas que visitas, puede parecer mala suerte, cómico, o un contexto algo forzado para dar sentido al juego. Pero no os dará tiempo a pensar cuando estéis rodeados, y disfrutaréis disparando intentando sobrevivir.
¿Cómo es el combate?
El combate en Crashland es rápido, feroz y brutal, no lo digo yo, lo dice la descripción del juego en la tienda, y tiene razón. Apareceremos junto a nuestra nave estrellada, y os aconsejo ir al punto más alto a empezar a divisar a los enemigos. La desagradable fauna te verá como la presa más apetecible del lugar, e irá a ver si puede probarte con un cariñoso bocado. Las herramientas para defendernos no son pocas, pero aun así supone un reto. Despistarse, o actuar de forma pasiva, no hará que duremos mucho tiempo.
Tenemos en una de nuestras manos un radar al estilo Alien, para los que no os suene, os indicará mediante pulsos donde se encuentran nuestros enemigos. Tendréis que mantener pulsado el botón para poder visualizarlo. Se recomienda girar y buscar al enemigo más cercano para abatirlo de frente. En esta mano empezaremos sin ninguna función ofensiva. Recogiendo los recursos que nos envía nuestra nave rescatadora desde la atmosfera la haremos funcionar de distintos modos. Granadas, flechas eléctricas, y algunas variantes más, son los modos en los que puede funcionar nuestra secundaria.
Nuestra defensa más común consta de una pistola que puede cambiar su modo de disparo y su potencia. Si queremos aguantar, es muy necesario guardar sus disparos más potentes para los enemigos más grandes. Unas bolas de color rojo que irán apareciendo por el terreno, serán las que recogiéndolas, nos permitirán realizar estos disparos más potentes a los normales. Su munición normal no se agota, y no es necesario recargarla.
Plantearse estrategias previas ante una dificultad desmedida, será tu mejor opción.
Sobrevivir en cualquiera de sus planetas no es fácil y la experiencia para aprovechar los elementos que el terreno nos ofrece es un grado. Encontraremos bolas de energía de un color rojo, flora, y enemigos, que al dispararles explotarán haciendo el consecuente daño a lo que se encuentre alrededor. Cuando recibamos un ataque la pantalla se nos teñirá de rojo, cuando nos libremos de ellos y estemos un tiempo sin recibirlo, nuestra visión volverá a la normalidad, indicando que hemos recuperado nuestra salud.
Podremos movernos o teletransportarnos una cantidad limitada de veces para huir de los enemigos, acercarnos a las bolas de energía o a las ventajas. Tendremos que aguantar vivos un tiempo necesario que rondará normalmente los cinco minutos para conseguir terminar con éxito el planeta, hasta que nos vengan a recoger.
Nos falta hablar de las tácticas de supervivencia, y es que podremos elegir entre múltiples ventajas antes de empezar la partida. Hemos podido disfrutar desde un aumento en la experiencia obtenida, a una torreta automática con munición limitada que se desplegará cuando disparemos al cielo unos cuantos disparos. La experiencia según nos proporcione cierto nivel, nos permitirá usar más de una ventaja. Esto ayudará a que si quedáis atascados por la dificultad de un planeta, tengáis más posibilidades de salir de una pieza la próxima vez, pues seguiréis acumulando experiencia también en los intentos fallidos.
La dificultad la puedes encontrar desde el primer nivel, pero si resulta así, no desesperes, puedes llegar a encontrar el segundo planeta más difícil que el quinto. Los enemigos y su cantidad varían en cada intento. Nosotros lo hemos probado en casual y ya nos suponía un reto. Te vas a encontrar con un amplio abanico de enemigos muy diferentes. Las combinaciones de ataque y comportamientos de estos podrás intuirlos un poco según vayas avanzando. Nos tocará experimentar un nuevo enemigo en cada planeta junto con algunos anteriores, lo cual es un gran acierto.
La jugabilidad está muy conseguida, los controles son sencillos y funcionan de maravilla, encajan con el propósito del juego. La interfaz es sencilla, no está en español, pero probando la entenderás rápidamente. Las pantallas de carga son nulas. Y las opciones de configuración van desde tener cuatro perfiles, dificultad, y opciones de visualización en el juego. La duración y el precio son correctos, aunque dependerá de tus habilidades al gatillo. Se recomienda jugarlo en Oculus Quest, ya que vas a tener que girar en el sitio en multitud de ocasiones, y unos cables podrían estropearte la partida.
Los indeseables depredadores
La impresión que se experimenta con algunos enemigos debido a que cuando se te acercan te das cuenta de su tamaño es muy gratificante. Sorprende la cantidad de enemigos diferentes que podemos encontrar, cambian en constitución, tamaño y forma en cada planeta, aunque como en la realidad comparten algunos elementos comunes. Sus movimientos, gracias a este desarrollador y su animación procedimental están especialmente bien conseguidos.
Sonido, ambientes, e inmersión
El sonido es muy correcto, notarás al enemigo cuando busque una apertura en tu defensa, y se lance a por ti. Además de eso, recibirás avisos cuando aparezcan elementos de ayuda en el terreno, cuando ocurra algún evento, o cuando quede poco tiempo para que llegue la nave de rescate. No estarás atento a la música, puesto que interesa escuchar lo que te rodea en la partida. La localización del sonido en los altavoces de Quest es buena, pero mejora si usamos auriculares.
El terreno será diferente en cada planeta con biomas desérticos, verdes y montañosos con poca o mucha visión. La inmersión es mucha cuando comienza la acción, y nos vemos envueltos en un gran combate. La sensación percibida es la de estar inmersos en un planeta en el que su bioma tiene lógica. Lo único que puede sacaros de la inmersión es su excesiva dificultad, maldeciréis a todo lo que se movía antes de que la pantalla se volviera negra, pero a cambio sentiréis un sabroso ritmo vengador que os incitará a volver a intentarlo.
Conclusión
Crashland es un juego de oleadas, que encaja muy bien dentro del catálogo de Quest. Resulta divertido y la duración es buena, tiene puntos fuertes que lo hacen muy atractivo. Un juego muy recomendable para quien quiera sentir una experiencia inmersiva cercana a películas como Starship Troopers, o Alien. Tenemos suerte de tener un desarrollador que con estas características participe en la creación de contenido VR. Desde aquí le animamos a darnos más sorpresas como Crashland u Ocean Rift.
Gran análisis Javi! pues apetece echarle un buen rato a este Crashland ?