Al fin llega The Climb 2 a Oculus Quest 2 con nuevos niveles y unos gráficos alucinantes que pondrán al límite nuestras fuerzas y, porque no decirlo, nuestro aparato digestivo.
Hemos tenido que esperar hasta el 4 de marzo para poder llenarnos las manos de tiza y comenzar a trepar por las montañas más altas y los rascacielos más locos. Porque sí, en esta versión, además de hermosos parajes naturales también podremos imitar al mítico Alain Robert y trepar por las fachadas de infinitos rascacielos.
Corría el lejano ya mes de septiembre de 2020 cuando se filtraron lo que al final se convertirían en las primeras imágenes de las nuevas Oculus Quest 2. Entre las imágenes que aparecían en el embalaje encontrábamos entre otras, esta secuela del éxito de Crytek.
¡Espera! ¿Qué no sabes quién es Crytek?
Crytek es un estudio de videojuegos alemán fundado en 1999 por tres hermanos turcos: Avni, Cevat y Faruk Yerli. Su sede central está en Frankfurt (Alemania) pero cuenta con otras cuatro sucursales en Kiev, Budapest, Sofía, y Nottingham.
Fue en el ECTS de 2000 donde, con una demo llamada X-Isle (la que luego sería Far Cry), dejó a todos boquiabiertos. Poco después, en el mes de mayo de 2002, Crytek anunció el motor de juego CryEngine y la cosa se puso interesante.
Esta primera versión del motor se diseñó originalmente como una demo para Nvidia y poco a poco ha ido creciendo hasta convertirse en uno de los motores de videojuegos más potentes del mercado. La compra por parte de Ubisoft de los derechos de CryEngine y las mejoras en sus distintas versiones han convertido al actual CryEngine V en uno de los motores gráficos de esta generación.
Jugabilidad
The Climb 2 para Oculus Quest 2 podría ser un juego original si no fuese porque ya existe una primera parte. Esta secuela no puede devolvernos la sensación de encontrar algo nuevo, pero lo suple con muchas mejoras respecto a su predecesor.
Por ejemplo, en esta nueva versión tendremos 15 nuevos mapas, 32 guantes, 36 muñequeras y 25 relojes, así como cuerdas, tirolinas, contenedores y escaleras que reaccionarán dinámicamente al peso del jugador mientras trepamos.
Pero no solo encontraremos nuevos objetos, también tenemos distintos modos de juego, como el Casual o el Profesional con distintos grados de dificultad, exploración de cuevas y un entrenamiento para brazos y hombros que, créeme, te hará mucha falta.
Aunque parezca que no, este es un juego físico y mucho. Mantener los brazos en alto y desplazarte por los agarres y salientes puede parecer sencillo, pero al cabo de unos minutos, tus músculos comienzan a sentir la fatiga. Lástima que no tenga seguimiento para los pies, pero si cogiéndote de una pared con las dos manos ya estas a un pelo de caerte, imagina levantado las piernas para sujetarte a un risco.
Algo que se ha añadido a este The Climb 2 para Oculus Quest, aunque sea de forma asíncrona, es la opción de multijugador. Con este tipo de juego podremos competir con amigos aunque no lo haremos uno al lado del otro. Algo similar al conductor fantasma que ofrecen algunos simuladores de carreras. La verdad es que es una pena que no exista esta opción porque una escalada, al menos en pareja, podría ser de lo más divertida y abriría muchísimas posibilidades al juego.
En mi modesta opinión, no descarto que esta opción aparezca tarde o temprano, esperemos que en forma de DLC y no en The Climb 3.
Para terminar con el apartado dedicado a la jugabilidad os comentaré que no he tenido sensación de mareo (y mira que soy propenso), pero, ante la duda, os recomiendo empezar con el “Modo Casual” para evitar manchar la alfombra a las primeras de cambio.
Gráficos
Vamos ahora con el apartado visual de este juego que, en una palabra es sobresaliente.
La versión que hemos probado contaba con un austero menú de opciones que, aunque claro y bien diseñado parecía un poco simple para lo que esperábamos. Eso sí, tanto los textos como las voces están traducidos a nuestro idioma cosa que agradecemos enormemente.
Una vez sobrepuestos de este espartano menú, seleccionamos uno de los cinco lugares disponibles y la cosa cambia. Y mucho. Los gráficos son espectaculares, especialmente los que representan entornos naturales. Las vistas, las texturas e incluso los pequeños animalillos que nos rodean nos harán creer que estamos en lo alto de una montaña.
Pero si hay algo que me ha sorprendido es la calidad de los gráficos que representan nuestras manos. Si no fuese por la tiza y porque son capaces de aguantar nuestro pesado cuerpo con un par de dedos, diría que se trata de las nuestras.
El detalle, sus movimientos y las texturas son simplemente excelentes.
Si en este apartado se puede poner un ‘pero’ aunque con la boca pequeña, yo se lo pondría a las escenas urbanas. Aunque están bien diseñados los rascacielos los veo demasiado artificiales. Quizás porque no soy Tom Cruise y estoy acostumbrado a ver estas moles de hierro y cristal desde la seguridad que da la acera, pero los veo poco trabajados en comparación con la belleza de las montañas.
Inmersión
La inmersión es otro de los puntos fuertes de este título de Crytek. Si alguna vez te has subido aunque sea a la tapia del colegio sabes de lo que te hablo. Esa sensación de libertad, de cansancio y al mismo tiempo de paz que te da saber que estás a escasos metros de tu objetivo. Al mismo tiempo, la adrenalina fluye por tus venas para despertarte de ese sueño y evitar que tus huesos acaben en el fondo del abismo como si fueras el coyote del correcaminos.
Solo hay dos cosas que me han sacado de la experiencia. La primera, como he comentado, los gráficos de las escenas urbanas que, aunque están muy bien hechos, no me dan la sensación de estar escalando, más bien me recuerda a un conocido juego de parkour.
La otra por el contrario me ocurre en algunas zonas montañosas donde, al cambiar las manos de sitio para girar en una esquina, me da la impresión de estar girando la montaña con mis manos como si fuese un cilindro. No me ha pasado mucho, pero las veces que me ha ocurrido me ha despertado de la ilusión. Supongo que con algo más de espacio de juego y con un jugador algo más activo que un servidor este tipo de contratiempos lo serán menos.
Sonido
Quizás el apartado sonoro es el que menos destaque en este juego. No tenemos una banda sonora espectacular, pero esta carencia se suple con unos buenos efectos sonoros.
Desde el jadeo del protagonista a su angustioso grito mientras planea inexorablemente hasta el fondo del abismo pasando por los ruidos que hacen los animales que encontraremos en el camino.
Por otro lado, y aunque ya hemos comentado este aspecto anteriormente, es de agradecer que el juego esté doblado al español tanto en voces como en textos. Aunque los más puristas podrían alegar que no se trata de un castellano burgalés, el mero hecho de incluir nuestro idioma común en una producción de este calibre ya es digno de mención.
Mecánicas
Sin duda uno de los puntos fuertes de The Climb 2 para Oculus Quest son sus mecánicas. Los controles funcionan a la perfección.
Existen diferentes tipos de agarres con distintos tipos de comportamiento, algunos afilados, otros resbaladizos y otros casi imposibles de encontrar. Afortunadamente, el extenso tutorial del principio nos aclara muchas dudas al mismo tiempo que nos muestra como funcionan las barras de energía que tenemos en nuestras muñecas.
Sí, esto es algo realmente importante. En el transcurso de nuestra escalada deberemos estar muy atentos a la fatiga de nuestras manos representada por una cinta en la muñeca. Un descuido en este aspecto puede ser letal. No solo eso, también deberemos cubrir nuestras manos con tiza para evitar resbalones que nos puedan llevar a contemplar la base de la montaña antes de tiempo.
Los controles responden con eficiencia y suavidad, de hecho tenemos la opción de regular la presión a la que nos sujetamos controlando la pulsación del gatillo del mando. Esta técnica nos ayudará a ahorrar energía para poder aguantar las largas escaladas sin percances. Para mi vergüenza, a día de hoy aún no he sido capaz de controlar con suficiente soltura esos niveles de presión aunque espero que con paciencia y perseverancia mi tenacidad sea recompensada.
En el apartado negativo podría comentar que, en algunas ocasiones nuestra mano se sujeta a salientes en un extraño escorzo. Tanto que probablemente causara más de una fractura en los metacarpos. No deja de ser una pequeña licencia para poder alcanzar tu objetivo.
Conclusión
La cantidad de puntos de control a los que nos podemos fijar y una especie de “vida extra” que nos permite rebobinar nuestros últimos pasos (aunque solo una vez por ascensión) hacen que este no sea un juego especialmente complicado. Aunque, eso sí, tiene un alto contenido de estrategia.
En resumen, uno de los grandes títulos que tienen merecido el honor de aparecer en la caja de Oculus Quest 2, porque son un ejemplo de hasta donde puede llegar esta tecnología.
Compra recomendada a todos aquellos que no tengan miedo a las alturas.
Tiene que estar muy chulo.
¡Gran análisis! Este “cae” fijo ?
Ahora falta que lo pongan con descuento junto con el 1 jejeje