Análisis de VR Skater para PS VR2

En la época del año 2000 los juegos de deportes extremos estaban a la orden del día. Tony Hawk era de lo más vendido, convirtiéndose en todo un imprescindible entrega tras entrega. ¿Quién no se ha echado unos buenos piques al monopatín? El género tuvo otro repunte en la generación de Xbox 360/PS3 gracias a Skate, donde el estilo arcade se abandonaba a favor del realismo. Tras unos años de sequía, al fin el género está volviendo a lo grande. ¿Lo mejor? ¡También en VR! Tras un largo desarrollo, Deficit Games al fin nos trae VR Skater para PS VR2, así que tras muchas caídas, toca traeros un completo análisis. ¿Será este el mejor kickflip de la historia o nos romperemos los huesos virtuales?

¡Mis manos son los pies!

Antes hablaba de Skate y cómo apostaba por el realismo, al simular los movimientos que había que hacer con el monopatín, pero con el stick. VR Skater lleva este concepto a la Realidad Virtual, cambiando los sticks por nuestras manos. Tranquilos, que no hay que hacer virguerías con los pies que nos lleven a estamparnos en la vida real. En su lugar, el gesto que haríamos con el pie para rotar la tabla, ahora lo haríamos con nuestra mano.

Es un sistema de control que, leído así sobre el papel, suena raro. Por suerte, hay varios tutoriales para aprender desde lo más básico a trucos de auténtico infarto. La introducción simplemente nos enseña a movernos, algo muy importante. Tras decidir si estamos en posición “Regular” o “Goofy”, uno de los mandos equivaldrá al pie delantero y otro al trasero. ¿Queremos desplazarnos? Pues a simular que nos impulsamos con el mando trasero, como si fuera nuestra pierna dando una zancada contra el asfalto.

El salto es igual de intuitivo, haciendo un ollie o un nollie en función de con cuál de los dos mandos carguemos el salto, pulsando aquí el botón de acción. Al luego dirigir el skate con nuestra mano delantera, simplemente moverse en VR Skater es muy satisfactorio y divertido. La sensación de velocidad está muy conseguida, se nota que estamos todo el tiempo en contacto con el suelo, etc. 

Más nos vale tener un seguro médico

Pero claro, sólo moverse es “fácil”. ¡Hasta podríamos hacerlo en la vida real! Aquí estamos para vivir la sensación de ser como Tony Hawk. Hacer trucos sin parar mientras lo petamos como el que más. Ahí entra la parte verdaderamente desafiante, y donde VR Skater te atrapa o te pierde por completo. Si esperabais una experiencia arcade, directa y sencilla como en la saga Tony Hawk, os podéis ir olvidando.

Aquí hemos venido a sufrir. Caernos de morros tropecientas veces. Rompernos todos los huesos del cuerpo mínimo 10 veces. Todo para hacer los trucos más sencillos sin parecer un pato mareado con dos pies izquierdos. Todo es incluso más difícil que en el mencionado Skate. Cuando tenemos que hacer giros con un mando, decidir cuándo detener la tabla para no caer cuando está en mitad de un giro o boca-abajo, no pegárnosla contra el escenario por haber hecho un salto malo y muchísimas más variables.

Es una auténtica locura, por lo que en mis horas con el juego, he estado más tiempo en el suelo que otra cosa. El sonido de huesos rompiéndose y el fundido a negro tras una leche del quince me lo conozco a la perfección. Ahora bien, todo es parte del aprendizaje. Tal y como ocurriría en la vida real, no vamos a hacer todo bien a la primera. Pero nos seguiremos levantando, una y otra vez, hasta que al final clavemos un truco. Dominemos a la perfección una sección del nivel. Todo para que luego, hagamos el combo de nuestros sueños, lo cual es de lo más satisfactorio que podemos vivir en cualquier videojuego, tanto de VR como en plano.

Cualquier lugar es bueno para patinar

A nivel de estructura, VR Skater está muy pensado justo para esta práctica constante. Tenemos por un lado los tutoriales en un almacén abandonado, donde nos irán enseñando las diferentes mecánicas. Algún tutorial está bugueado (el de grindear no se me completaba ni me salían indicaciones), y después, nos propondrán varios desafíos a completar para comprobar que hemos dominado esa mecánica. 

Lo mismo ocurrirá en las 7 localizaciones disponibles en el juego… Sin contar la súper rampa, claro. Cada mapa al final es una especie de pasillo con múltiples rutas, por lo que no esperéis niveles abiertos ni nada por el estilo. Dado el esquema de movimiento, tiene sentido, ya que vamos avanzando haciendo trucos y ya. Esto limita ciertos aspectos y movimientos propios de los juegos de skate, ya que no hay rampas de tipo half-pipe ni nada por el estilo. ¿Nos hemos pasado una zona de raíles? Pues mala suerte, que tendremos que hacerlo mejor para la próxima.

Por eso, a la hora de afrontar cada nivel, tenemos varias formas. Nos propondrán repetir trucos en una zona en concreto, a ver cuántos puntos conseguimos. Ideal para ir conociendo poco a poco el entorno, hasta dominar cada sección. Luego podemos pasar a hacer una vuelta del nivel entero, buscando hacer la mayor puntuación, o los 5 mejores combos. ¿El reto definitivo? Hacerlo sin que nos estampemos ni una sola vez. Al conseguir una medalla en cualquiera de estas modalidades, desbloqueamos el siguiente entorno. Y sí, todos muy inspirados en la saga Tony Hawk, ya que iremos por un instituto, por el metro, por los muelles de una gran ciudad o incluso por las obras de unos rascacielos.

Es cierto que identificaremos rápidamente elementos “repetidos” entre los niveles. Sin embargo, todos logran tener algo distintivo, además de notar un aumento en la dificultad. Los rascacielos son todo un desafío al tener que enlazar grindeos y combos mientras estamos a cientos de metros de altura. Menos mal que ya practicamos saltando de contenedor en contenedor en los muelles. 

Desafío no apto para estómagos sensibles

A medida que vayamos consiguiendo medallas y mejorando nuestras puntuaciones, también subiremos de nivel. Esto se traduce en más opciones para personalizar nuestra tabla. Podremos cambiar la pintura de cada uno de los lados de la tabla, las ruedas, su soporte, etc. No son opciones muy locas, pero unas llamitas siempre ayudan a que lo hagamos mejor. No es psicológico, ¡es ciencia! Un detalle genial, eso sí, es que a medida que vayamos jugando, se irá desgastando la tabla, con más y más arañazos que luego podemos arreglar al volver al taller.

Así que, VR Skater, si entras en su juego de perfeccionar al máximo cada técnica, nivel y sección, te va a dar bastantes horas de juego. Porque sí, en esencia, no hay mucho contenido, pero es precisamente como en los Tony Hawk de antaño. Rejugar, rejugar y seguir rejugando hasta ser uno con la tabla.

¿Problema? Que seáis propensos a mareos. Sí, hay teletransporte cuando estamos parados, pero nada más. Al subirnos a la tabla, toca movimiento a saco. Es cierto que hacemos algunos movimientos físicos, lo cual puede ayudar a la cinetosis, pero ya está. Vamos a ir saltando, notaremos las caídas tras un choque y un largo etcétera. Estamos ante una experiencia muy, muy intensa sólo apta para quien ya tiene unas buenas piernas virtuales.

Música como salida del año 2000

Una parte fundamental de la experiencia de skate es la música. El espíritu punk, de querer saltarnos todas las normas y hacer lo que queramos cuando queramos. Este es otro aspecto que VR Skater clava a la perfección, con una banda sonora fantástica. Muchísimo espíritu de Tony Hawk (una vez más), y animando al máximo nuestras partidas. ¿Su problema? Es muy pequeña. Apenas hay 13 temas, por lo que no tardaremos en repetirlos una y otra vez. Una integración con Spotify sería maravillosa para tener música ilimitada.

El sonido, por otro lado, es genial. Notaremos cómo estamos rodando en superficies distintas, los tipos de grindeo, etc. Esto añade mucho a la inmersión… Pese a no tener vibración háptica en mandos o visor al caernos, agarrar la tabla, etc. 

En lo visual, no esperéis algo muy revolucionario, pero VR Skater es muy funcional. Todo se ve bien, la imagen es realmente nítida y los tiempos de carga son muy breves. Esto último es clave para poder reintentar rápidamente cada fase o prueba, sin que nos muramos del asco tras cada caída… Que no es que me haya tirado una hora con un único obstáculo por pura cabezonería.

Conclusión

No hay ningún otro juego como VR Skater. Sencillamente clava la sensación de estar patinando. La dureza de este deporte y la necesidad de seguir intentándolo tras muchas caídas. Porque un hueso roto no nos va a detener hasta superar una zona con un combo de locos. 

Al mismo tiempo, este puede ser su mayor defecto. No estamos ante Tony Hawk VR, sino más bien Skate VR. Así que nada de ser accesible, arcade y sencillo. Si buscabais algo directo, os vais a llevar un chasco. Pero si os gusta el deporte, entonces lo vais a gozar. 

DEFICIT Games se ha tomado su tiempo, pero la espera ha merecido la pena. VR Skater es una maravilla. Algo fresco dentro del panorama de la VR, divertido, adictivo, desafiante e increíblemente satisfactorio. Podríamos estar ante el inicio de algo muy, muy grande. ¿Una secuela con mapas más abiertos? ¿Un mayor equilibrio de dificultad/accesibilidad con más trucos? Las posibilidades son ilimitadas, y como amante de estos juegos de deportes extremos, qué delicia poder subirse al fin a un monopatín virtual con tanta calidad.

Ficha técnica:

• Desarrollador: DEFICIT Games
  
• Distribuidor: Perp Games – Edición física por Meridiem Games
• Plataforma: PS VR2, PICO 4 (versión reducida), PCVR (aún en Early Access)
• Género: Simulador de Skate
• Idiomas: Textos en inglés
• Fecha de salida: 04/08/2023 – Lanzamiento físico el 15/09/2023
• Precio: 34,99 €
• Intensidad: Extrema