Análisis de The Light Brigade para Quest 2 y PS VR2

La VR está llena de juegos indies, por lo que no es raro ver que hay cada vez más rogue-likes. Al fin y al cabo, es un género ideal para ofrecer una mecánica que nos enganche sin tener que hacer mucho contenido “real”. Vamos, niveles procedurales para que sea el azar lo que determine las variaciones, notando siempre cómo nos quedamos un poco más cerca de la victoria. Hasta ahora, In Death: Unchained siempre me ha parecido el mejor rogue-like de la VR, pero le ha salido competencia. Preparad vuestras armas de cerrojo y juntaos las manos, que es la hora de rezar para traeros el análisis de The Light Brigade en sus versiones de Meta Quest 2 y PS VR2.

Los curas salvan el mundo

No esperéis una gran historia en The Light Brigade, ya que claramente no ha sido el principal punto de atención de Funktronic Labs. La humanidad está a punto de ser extinguida. Para salvarla, nos toca aprovechar una magia que se activa al rezar (no es broma), adentrándonos en campos de batalla hasta la zona más profunda del área mística cambiante. 

Al derrotar a cada uno de los jefes nos darán un poco más de lore sobre ellos y el mundo. Migajas sobre lo que ha ocurrido en este universo para que todo se fuera a la porra casi por completo. Poco a poco rescataremos miembros de la Brigada de la Luz, ganando nuevas funciones en la base y acabando con la maldita oscuridad. ¿Nos hablarán mucho? Pues no, por lo que no esperéis aquí un rogue-like con una fuerte carga narrativa como Hades, ya que aquí hemos venido al 100% por la jugabilidad.

Déjame que te eche las cartas, a ver qué te depara el futuro

Si habéis jugado a algún rogue-like en los últimos años, la estructura de The Light Brigade no os sorprenderá lo más mínimo. Vamos superando niveles generados de forma procedural, encontrándonos con algún jefe de cuando en cuando hasta finiquitar la “run” acabando con el malo final o sucumbiendo ante el plomo enemigo. Por el camino, habrá diferentes elementos que nos permitirán tener una progresión dentro de la propia partida, además de una progresión más global para que, en el futuro, tengamos más oportunidades de triunfar. No sólo aprendemos de nuestros errores, sino que además somos cada vez más fuertes.

En esta ocasión, la progresión dentro de la propia partida viene por el oro, que usaremos para comprar nuevos objetos a los vendedores con los que nos topemos o en pedestales únicos. Así tendremos nuevos accesorios para nuestras armas, que nos permitirán lanzar disparos mágicos, crear diferentes hechizos o añadir algún efecto elemental a nuestros disparos. 

Lo más atractivo será el uso de cartas del tarot, dándonos diversas ventajas únicas. Algunas nos permitirán lavar el cerebro a los enemigos dañados para que luchen por nosotros, mientras que otras harán que hagamos mucho más daño si los oponentes se acercan mucho. ¡Contigo no, bicho! Entre los accesorios y estas cartas, deberemos ir ajustando nuestra estrategia. Habrá sinergias más o menos potentes que podremos aprovechar para crear una “build” con la que ser, sencillamente, imparables.

Mientras vamos aniquilando a los soldados enemigos, iremos ganando almas, las cuales podremos canjear en ciertos lugares, normalmente al final de una zona. Así iremos subiendo de rango nuestra clase actual, consiguiendo puntos de mejora para potenciar nuestro arma, las vidas que tenemos en una partida y otros parámetros globales. Así seremos cada vez más fuertes, animándonos a volver a intentarlo otra vez con nuestras nuevas mejoras. Es un diseño más que sólido, dando lugar a una fantástica progresión tanto global como dentro de una misma partida. Esto es algo que no todos los rogue-likes consiguen clavar, haciendo que sea más digno de aplauso su triunfo.

La maravilla de las armas antiguas en VR

Lo que de verdad hace que queramos volver una, otra y otra vez a The Light Brigade es lo rematadamente divertido que resultan sus mecánicas. Todo gira en torno al arma principal de nuestra clase, habiendo un total de 6. Las iremos desbloqueando poco a poco, dándonos nuevas formas de jugar. Las armas no son mágicas, sino que están sacadas directamente de la Segunda Guerra Mundial. ¿Esto qué significa? Que son muy potentes, pero al mismo tiempo, son muy manuales.

El arma inicial, el Gewehr 43, es un fusil semiautomático. Tras unos pocos disparos, nos tocará recargarlo, tirando de la anilla correspondientes. ¿El fusil Kar-98? Causaremos estragos, pero más nos vale ser hábiles con el cerrojo para poder disparar a buen ritmo, o nos rodearán en menos de lo que canta un gallo. Todas las armas son increíblemente satisfactorias de usar, pudiendo alternar entre nuestro juguetito principal o las que suelten los enemigos. La diferencia es que estas armas no se pueden recargar al estar corrompidas por la oscuridad, por lo que son un último recurso para no malgastar nada de munición de nuestro verdadero juguetito principal.

Al sumar la parte de la magia, el arsenal es un claro punto muy positivo de The Light Brigade. Gracias a su “pesadez”, todas las armas son increíblemente contundentes. De hecho, al sostenerlas con las dos manos, nos moveremos muy lento. Es algo absurda esta limitación, ya que sí podemos teletransportarnos (algo esencial para superar obstáculos o “escalar”), pero también le da un toque más táctico a los tiroteos. Tendremos que usar las coberturas, ver cuándo el enemigo recarga sus armas y afinar la puntería si queremos sobrevivir. 

Con la Iglesia hemos topado

La magia también es muy importante. La varita que podemos conseguir nos permitirá lanzar bolas de fuego o una pantalla con la que potenciar nuestros disparos. De nuevo, son más herramientas que debemos aprender a usar si queremos ser eficientes ante los numerosos enemigos que nos asaltarán, pero que se combinan a las mil maravillas entre sí para dar lugar a tácticas que iremos descubriendo poco a poco de una partida a otra.

En cuanto a los enemigos, también son soldados como nosotros, pero de vez en cuando hay otras criaturas asociadas al bioma en el que nos encontremos. Por ejemplo, en las montañas podrá haber cuervos que se abalanzarán a por nosotros. ¿Os dan asco las ratas? Pues ojo a las ratas que nos asaltarán durante todo el nivel. Así se aporta algo más de variedad a los encuentros… Aunque un poco más de variedad de enemigos no vendría mal, para qué engañarnos.

Si los queremos tener localizados, podremos ponernos a rezar, algo que usaremos para casi todo. Desde abrir los portales para pasar de nivel hasta recuperar nuestras almas si somos aniquilados, o “conectarnos” a las almas de los demás soldados caídos en la batalla. Da una unión a las mecánicas y la ambientación, además de aportarle un toque único a The Light Brigade.

No nos olvidemos de los jefazos, cada uno con patrones únicos, para que cada pelea sea memorable. Así moriremos bastante, pero aprenderemos cómo aprovechar los accesorios. Qué cartas del tarot nos benefician más para explotar nuestro estilo de juego, o cómo explotar las debilidades del jefe de turno. No importa si estamos en el modo principal o en el de la partida diaria para medirnos con todo el mundo, os garantizo algo: vais a querer volver constantemente.

El poder de PS VR2 frente al de Quest 2

En la parte visual, se nota que Funktronic Labs es un estudio independiente. No esperéis unas texturas híper detalladas o escenarios muy cargados. Todo tiene un aspecto minimalista, dejando que sea su apartado artístico el que destaque. La atmósfera es soberbia, con la niebla ayudando a crear un ambienta más opresivo si cabe. Así el juego logra atraparnos más, como si estuviéramos en una versión sobrenatural de la Segunda Guerra Mundial. Visitaremos frondosos bosques llenos de árboles muertos, templos subterráneos o zonas de lava, por lo que hay una buena variedad de entornos en los que lucharemos. 

¿Hay diferencias entre las versiones de PS VR2 y Meta Quest 2? La esencia es la misma, pero los tiempos de carga en PS VR2 son menores. Además, contamos con mejor iluminación, junto a un popping mucho, mucho menor. En Quest 2 hay elementos que aparecerán ante nosotros a sólo 1 metro, incluyendo antorchas o ciertas estructuras. La distancia de dibujado es menor, siendo posible en algunos mapas (como el cementerio) que nos disparen desde una zona que ni siquiera podamos ver.

Cómo no, también tenemos la parte háptica. No es muy contundente, pero notaremos una vibración en el casco con cada impacto, además de una menor al rezar o cambiar de zona. Los gatillos adaptativos hacen que cada arma se sienta diferente, pero sí he echado en falta una mayor vibración en los mandos.

En cuanto al sonido, hay una de cal y otra de arena. Actualmente, no sé si es un bug o similar, ya que los pasos de los enemigos siempre los escucharemos como si estuvieran al lado. Da igual que estén en la otra punta de la fase, lo que desvirtua las posibles tácticas a completar. Nuestra única alternativa es literalmente rezar, para marcar correctamente al enemigo. Al menos, la poca música que escucharemos ayuda a la atmósfera, mientras que los disparos son increíblemente contundentes para que las armas parezcan todavía más poderosas.

Conclusión

El equipo de Funktronic Labs ha creado el nuevo rogue-like VR a batir con The Light Brigade. A nivel artístico es genial, las armas se controlan de maravilla y engancha lo que no está escrito. Aunque muramos, siempre querremos volver a intentarlo una vez más. Rezaremos para que a la próxima lleguemos más lejos, superar la puntuación de nuestros amigos, o vengarnos de ese maldito jefe que tantas veces nos ha dado matarile.

La progresión es fantástica para que, junto a esta increíble jugabilidad que une magia con disparos, tengamos un título tan adictivo como potente. The Light Brigade se ha convertido en uno de los mejores shooters que podemos disfrutar hoy en día, independientemente del visor en el que juguemos. 

Ficha técnica:

• Desarrollador: Funktronic Labs
  
• Distribuidor: Funktronic Labs
• Plataforma: Quest 2, PS VR2, PCVR
• Género: Rogue-like, shooter
  
• Idiomas: Textos en castellano
• Fecha de salida 22/02/23
• Precio: 24,99 €
• Intensidad: Media