Hay muchos motivos para disfrutar de Call of Duty, pero últimamente, uno de los modos que más horas me ha absorbido ha sido Zombies. Desde su incorporación de la mano de Treyarch en World at War, se ha convertido en un pilar más de la saga. ¿Qué ocurre cuando hay algo tan exitoso? Que sirve de inspiración para muchos otros desarrolladores. Pese a la de juegos de zombies que tenemos en VR, apenas había juegos que clavaran esta fórmula. Ahí entra Soul Assembly, que tras una especie de House of the Dead en la forma de Drop Dead y el divertido Warhammer 40.000: Battle Sister, vuelven a la carga con los zombies. Buscad munición y un buen aliado, que nos adentramos en el análisis de Drop Dead: The Cabin para Meta Quest 2.
El hijo perdido de Evil Dead y Stranger Things
Nos hemos perdido en el bosque mientras explorábamos. Estamos desorientados, ¡pero estamos salvados! Hay una cabaña con luz en su interior donde seguro que nos pueden ayudar… O puede que no. Allí nos convertiremos en los nuevos sujetos de prueba para ver lo que podemos sobrevivir a incesantes oleadas de no-muertos invocados con lo que parece brujería y ciencia del más alto nivel.
¿Nuestra tarea? Sobrevivir todo lo posible mientras mantenemos en marcha la electricidad, y así poder solicitar ayuda al exterior para que nos saquen de ese infierno. Está claro que la trama de Drop Dead: The Cabin es muy superficial, al no ser más que una simple excusa para vivir una partida tras otra tanto en solitario como acompañados de un amigo.
Eso no quiere decir que el juego tenga carisma. La cabaña es un claro homenaje a Evil Dead, o como se conoce en España, Posesión Infernal. Sumad una buena dosis de nostalgia ochentera de Stranger Things, y se consigue crear un mundo atractivo que logra atraparnos. Dan ganas de inspeccionar hasta el último rincón de la cabaña y sus alrededores… Y vaya si lo haremos si queremos tener la más mínima oportunidad de sobrevivir.
Una fórmula conocida, pero efectiva
Por si no habéis jugado al modo Zombies de un Call of Duty, su funcionamiento es similar a un título por Oleadas. Los enemigos vendrán en grupos cada vez mayores, hasta que al final sea prácticamente imposible aguantar ante tantos no-muertos. La gracia es que no estaremos limitados al mismo escenario, ampliando poco a poco el mapa mientras descubrimos más de la historia gracias al entorno, accedemos a nuevas armas y vamos completando una serie de objetivos.
Todo esto se ha trasladado a la perfección a Drop Dead: The Cabin. En nuestro reloj de muñeca veremos cómo obtenemos puntos al matar enemigos (nada de reparar las protecciones, por desgracia), con los cuales abrir más puertas del entorno o cajas con items curativos (la salud se regenera sólo hasta cierto punto), munición o nuevas armas.
Nuestra meta es mantener el generador activo, para lo cual necesitamos una célula de combustible, y mantener en marcha la batería. El combustible, al igual que las armas, aparecen de forma aleatoria por el escenario, habiendo siempre una célula en la propia cabaña, otra en los alrededores, y otra en las secciones más alejadas como el círculo de invocación. Es un diseño familiar, pero que funciona a las mil maravillas, al ir animándonos a alejarnos un poco más si queremos cumplir nuestra meta, pero sin olvidarnos de proteger la base para que todo siga funcionando y tengamos electricidad.
Todo mientras no dejan de venir zombies, claro. A medida que pasan las oleadas, aparecerán más enemigos y de varios tipos. Algunos serán más veloces, otros explotarán, unos dispararán, y los más potentes serán tanques que no dudarán en aplastarnos hasta hacernos picadillo de un sólo puñetazo. A diferencia de Call of Duty, las oleadas van por tiempo y no por número de bajas. Además, los enemigos aparecen en posiciones más o menos aleatorias, por lo que nunca nos sentiremos realmente a salvo.
¿En serio no puedo matar a mi compañero?
Las mecánicas de Drop Dead: The Cabin son muy sólidas, pudiendo disfrutar de estas emocionantes partidas tanto en solitario como con un amigo. Lo ideal es, cómo no, jugar en cooperativo. Así tendremos más posibilidades de llegar más lejos, o en el mejor de los casos, escapar con vida. Hay multitud de mecánicas pensadas para explotar la colaboración entre usuarios, como poder pasarnos cargadores de munición, compartir objetos, o reanimarnos con sólo chocarnos los cinco.
¿Lo malo? Se usan los Avatares de Meta, y rompen toda la estética. En las partidas que he echado, me ha asustado más mi compi que los propios zombies. Rompen por completo con la atmósfera tan buena de la que hace gala el título. Personalmente, habría sido infinitamente mejor tener avatares diseñados específicamente para el juego, y así tener una experiencia mucho más cohesiva a nivel artístico. También influye que no soy muy fan de estos avatares, para qué engañarnos.
Este zombie está un poco en los huesos
Como ocurre en Call of Duty, Drop Dead: The Cabin está pensado para ser infinito. Un título altamente rejugable al que volver una, otra y otra vez. En parte lo consigue, ya que incluso al jugar en solitario la mayor parte del tiempo (desventajas de jugar antes del lanzamiento), al morir quería volver automáticamente a la cabaña para intentar superar mi puntuación anterior. Forzar mis límites para desbloquear una nueva zona y subir en las clasificaciones globales.
La progresión intenta que nos sintamos más fuertes. Al conseguir experiencia, iremos desbloqueando mejoras permanentes, como poder llevar más munición, que la salud se regenere más o podamos correr durante más tiempo. A su vez, las armas también irán recibiendo pequeñas mejoras tras obtener muchísimas muertes, como reducir el retroceso de nuestro fiel revólver.
Hablando de las armas, hay una buena variedad, pero sin pasarnos. Tenemos la típica pistola, revólver, fusil de asalto (un STG-44) o una escopeta de doble cañón. Si preferimos liarnos a tortas, también podremos usar las armas descargadas para dar con la culata, o mejor aún, usar hachas, horquillas o bates de béisbol. Las sensaciones son muy buenas con cualquiera de las armas, dando mucho gustillo una recarga rápida mientras nos rodean los enemigos para luego encadenar tiros a la cabeza como si fuéramos John Wick.
¿Problema? Al juego le falta chicha. Sólo tenemos un mapa, que está muy bien diseñado (pese a que algunas colisiones al subir escaleras o intentar ir por una rampa no están muy allá), pero que se queda corto. Tampoco tenemos un arsenal que nos vaya a reventar la cabeza, lo que hace que las partidas puedan terminar pareciéndose bastante entre sí.
Se echan en falta más niveles, algo más de narrativa, o por qué no, una campaña al uso, como en Drop Dead: Dual Strike. Incluso estaría bien poder tener clases para ofrecer nuevas formas de jugar con las que experimentar, o poder especializarnos en algún rol para cuando juguemos en cooperativo.
El hecho de que los zombies aparezcan de manera aleatoria por el mapa hace que no podamos esperarlos desde posiciones en concreto, y a veces el RNG de que no pongan a alguien en nuestra chepa es más importante que nuestra habilidad. Son detallitos que muestran cómo no se ha replicado a la perfección la fórmula de Call of Duty, pero casi.
Sobreviviendo a la oscuridad
El equipo de Soul Assembly ha hecho un gran trabajo en la parte audiovisual de Drop Dead: The Cabin, sobre todo teniendo en cuenta la absurda cantidad de zombies que nos llegaremos a encontrar en las oleadas más avanzadas de una partida. Se usa la técnica de AppSW para ofrecer unos gráficos superiores sin por ello perder rendimiento. Han hecho una muy buena implementación, ya que no notaremos nada raro al jugar, como sí me ocurría en Green Hell VR.
La parte artística es lo que logra vendernos esta cabaña y sus alrededores. Cada habitación y área desprenden personalidad, con motivos ochenteros por todas partes. Aun así, lo que más me ha gustado es la iluminación. Cuando todo esté a oscuras, los fogonazos del arma iluminarán de manera violenta el entorno. Al sumar el pequeño brillo adicional en la sangre de los zombies, se logra crear una ambientación más opresiva, para que queramos arreglar la electricidad lo antes posible.
Es cierto que no todo es perfecto. Las animaciones a veces son un poco justitas, con algunos enemigos que andarán de forma muy robótica, o se volverán un poco locos al acercarse a nosotros, alejarse de golpe, y luego volver a por nosotros. Vale que estén muertos, pero antes tendrían algún cerebro, ¿no?
La música, como no podía ser de otra forma, es perfecta para la ambientación ochentera. Nos animará mucho durante las decenas y cientos de partidas que disputaremos, volviéndose más intensa cuando realmente las pasemos canutas. Las armas suenan también de maravilla, mientras que los zombies suenan de lujo para que los podamos localizar sólo por sus rugidos y pasos. Los pocos diálogos que hay en inglés son de calidad, contando con una traducción al castellano de todos los textos.
Conclusión
Me encantan los Zombies de Call of Duty, así que tenía muchas expectativas puestas en Drop Dead: The Cabin. El equipo de Soul Assembly prácticamente ha clavado esta fórmula para que queramos disfrutar una partida tras otra. Incluso en solitario es posible divertirse, pero es en cooperativo donde el juego brilla con luz propia… Siempre y cuando no nos importe ver ahí a un avatar de Meta rompiendo la estética tan ochentera y maravillosa.
El principal problema de Drop Dead: The Cabin es algo que se irá solucionando con el tiempo: contenido. Todo es muy rejugable y obtener todas las mejoras nos llevará muchas horas. Aun así, sólo disponemos de un mapa y unas pocas armas. Hace falta más chicha para que la comunidad del juego se mantenga a largo plazo.
Tengo mucha fé en Soul Assembly, y en el peor de los casos, ya tenemos un shooter ideal para volver a los 80 y acabar con cientos de zombies junto a nuestro amigo. Si buscabais vivir la experiencia de los Zombies de Call of Duty, entonces Drop Dead: The Cabin no puede faltar en vuestra colección.
Ficha técnica:
- Desarrollador: Soul Assembly
- Plataforma: Quest 2
- Género: Shooter cooperativo
- Idiomas: Textos en castellano y voces en Inglés
- Fecha de salida 17/02/23
- Precio: 24,99 €
A mi me gustan más las historias q los rogue-like o como se llamen, aunq en un solo escenario igual es complicado de hacer, tmpk hay gente q conozca q le gusten las VR asi q tocará jugar sólo, pero bueno, no es mala puntuación, lo dejo en la lista de desaados q caerá en algún momento, gracias por la review!!
Feliz Navidad
Toca convencer a alguien xa k se compre unas gafas y jugar juntos, tiene buena pinta xo mejor parece en parejas pq hay muxa ksa q hacer al mismo tiempo,?no? yo me susto con nada asi k los zombies me van a poner de los nervios, jj!
!!! Feliz Navidad !!!!