Cash Cow DX es un arcade de estilo retro que nos llega de la mano de Flynn’s Arcade en el que nos pondremos en la piel de una vaca minera que va en busca de oro a las profundidades de una mina llena de enemigos y de diversión. No hace falta decir que todo lo retro está de moda. Los tiempos pasados siempre fueron mejores, y si bien lo hemos visto últimamente con series de televisión, cine e incluso en la música, el mundo de los videojuegos no se queda atrás. Así, te contamos todos los detalles de esta entrega en el siguiente análisis.
Una aventura llena de pixels
Cash Cow DX cuenta con cinco niveles en los cuales deberás recolectar todo el oro y diamantes de los que dispone cada uno de ellos para poder seguir avanzando. Las mecánicas del juego son variables, ya que incluye elementos distintos en cada nivel. Desde camas elásticas que te permitirán realizar grandes saltos, a toboganes, tirolinas y vagonetas mineras con las que podrás recorrer railes suspendidos en el aire.
Sin embargo, los enemigos que pueblan dicha mina no nos lo pondrán fácil, ya que intentarán liquidarnos en todo momento. Encontraremos diferentes tipos de criaturas, dotadas de patrones de movimiento distintos, las cuales nos matarán con solo tocarnos. Algunas simplemente realizarán un recorrido predeterminado, por lo que nos será relativamente fácil esquivarlas, mientras que otras nos perseguirán para darnos caza.
El juego incorpora también elementos clásicos, como por ejemplo poder movernos de un lado a otro de la pantalla atravesando los bordes de la misma, o un potenciador en forma de pico que nos otorgará invulnerabilidad temporal y la capacidad de eliminar a nuestros enemigos, cosa que evoca de manera inequívoca a los “Power Pellets” de Pac-Man o al martillo que podríamos coger en el primer Donkey Kong.
Una experiencia desafiante
Sobra decir que Cash Cow DX es un juego exigente. Dispondremos de unas pocas vidas sin continuaciones, las cuales perderemos al recibir algún punto de daño. Podremos morir tanto si nos toca un enemigo, como si caemos al agua o los pinchos que hay en algunas pantallas. Esto convierte la experiencia en un reto continuo que nos exigirá prestar toda nuestra atención, a la par que disponer de una precisión milimétrica y unos reflejos rápidos.
Los tiempos pasados siempre fueron mejores
Es imposible jugar y no imaginarse sentado en un taburete delante de una máquina recreativa, introduciendo una moneda de veinticinco pesetas para poder comenzar. Y es que, si bien Cash Cow DX es un videojuego que se estrenó este año, tanto su diseño artístico como su banda sonora están inspirados en los juegos de los años ochenta.
Los diferentes niveles han sido diseñados con esa estética tan característica del pixel art, y que, junto con sus colores de tonalidades vivos, provocan una gran sensación de nostalgia. Si bien podemos considerar la estética del juego como algo simplista, acaba resultando muy efectiva, ya que dirigirá toda la atención de nuestros ojos a la jugabilidad del personaje. Las melodías retro que acompañan los niveles crean la atmósfera perfecta, reforzando el homenaje que el juego rinde a los grandes clásicos del arcade.
Conclusiones de Cash Cow DX
Cash Cow DX es un juego divertido y adictivo, que sacará lo mejor y lo peor de cada jugador. Pese a su estilo retro, no solo conseguirá atraer a jugadores veteranos, si no que hará las delicias de los más jóvenes. Su dificultad, si bien puede parecer elevada, acaba reduciéndose tras varias partidas. Nuestros ojos y dedos se familiarizarán rapidamente con las pantallas y los diferentes patrones de los enemigos. A pesar de que solo dispone de cinco pantallas, podremos acceder a diferentes grados de dificultad y otros modos de juego, con lo que la rejugabilidad del título seguirá siendo una experiencia exigente y llena de diversión.
